Sistema de salud, enfermo
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BARATARIA

Sistema de salud, enfermo

 


Ayer comentábamos sobre lo torcido que están las instituciones de salud pública, pero, sobre todo, la inutilidad del Instituto Mexicano del Seguro Social para atender a los enfermos de dengue, que son muchísimos.

Este jueves, una derechohabiente armó tremendo escándalo al filmar con su celular la larga fila de personas que esperaban ser atendidas en urgencias, de la unidad hospitalaria que se ubica sobre la Calzada Héroes de Chapultepec.

Esto obligó a que uno de los directivos bajara, con el personal médico y de enfermería para atender a los pacientes, incluyendo al familiar de la derechohabiente que amagó con subir el video en las redes sociales. En menos de una hora se vació el área, como si en verdad fueran eficientes los galenos o las enfermeras.

Parece que por fin los afiliados al Seguro Social encontraron la forma de presionar al personal, a través de las redes sociales, para ser atendidos de inmediato. ¡Buena medida!

Están tan elevados los casos de dengue y neumonía en Oaxaca, así como la presencia de zancudos, que este jueves el personal médico comenzó a dar de alta a los enfermos, para que sea en sus domicilios en donde encuentren la recuperación, antes que se contagien de dengue, zika o chikungunya.

En áreas de urgencias y de medicina interna, se observan varios enfermos encamados; los mosquiteros que penden sobre ellos es señal que padecen una de estas enfermedades que mueven a la preocupación por lo elevado de los casos.

Seguramente, usted amable lector, sabe más de historia y de política, pero en sexenios anteriores, funcionarios se peleaban por estar al frente de Salud, porque era la caja chica del gobierno en turno; llámese PRI, de la transición, que impulsó al gris gobernador, Gabino Cué o actualmente Morena.

Y si hay alguna duda, basta con ver las mansiones que poseen estos angelitos ya sea en San Felipe de Agua, Huatulco o en el extranjero, además de negocios que les permitirá vivir sin preocupaciones el resto de su vida.

De ahí sustrajeron dinero los ex gobernadores y secretarios de Salud para volverse millonarios y no hay duda que ocurra lo mismo con la actual administración, porque estas mañas son difíciles de arrancar de un tajo. Vamos hablar como habla nuestro pueblo: ahí se desviaba un chingo de lana que entraba del gobierno federal y estatal, con decirle que el presupuesto de Salud era “incalculable”.

Recordemos que durante el sexenio del gobernador, Ulises Ruiz Ortiz, en octubre de 2011, desapareció equipo médico con tecnología de punta que le costó al erario 118 millones de pesos y debía utilizarse para combatir los cánceres de mama y cérvico-uterino, principales causas de muerte femenina en la entidad.

Y así, cada que se marchaba un titular de los Servicios de Salud o un gobernador, la institución era saqueada, desapareciendo equipos costosos, tanto médicos como computadoras o de video, como ocurrió en una de estas administraciones a grado tal que el equipo electrónico sirvió para armar un canal de televisión de una agencia informativa. El dato lo estamos redondeando para darlo a conocer públicamente.

Pero todo eso lo dejó en la ruina.  Los malos manejos, la corrupción, la desaparición del seguro popular, etc ocasionaron su declive. Ahorita ya nada se construye, porque muchos centros de salud y hospitales quedaron inconclusos, desmantelados y hasta en el abandono.

Por ejemplo, en el gobierno de Ulises Ruiz quedaron en el abandono 102 obras hospitalarias, la mayoría de las cuales enfrentan litigios con las comunidades porque iniciaron su construcción en terrenos comunales, en la mayoría de los casos y, en otros, en predios privados (Proceso/7 de octubre de 2011).

Paralelamente, el gobierno del estado promovió 52 litigios contra empresas constructoras que “no existen hoy”, muchas de cuales tenían su domicilio en casas habitación.

De las 102 obras hospitalarias que Ruiz Ortiz dejó inconclusas, sobresalen dos hospitales de 60 camas, uno en Matías Romero y otro en Tlaxiaco, así como seis hospitales de 30 camas, entre ellos los de Santa María Huatulco, Tehuantepec, Chalcatongo y Pochutla; 12 centros de salud ampliados que hay Telixtlahuaca, Tlacolula, Acatlán de Pérez Figueroa y más de 50 centros de salud.

Actualmente los Servicios de Salud de Oaxaca sólo está dando paliativos a la sociedad y a veces ni eso, pues su irresponsabilidad quedó de manifiesto con el deceso de dos niños de la localidad de Palo de Lima, municipio de San Lorenzo Texmelucan, los cuales fueron mordidos por un murciélago, infectados de rabia, en enero pasado.

Así, los SSO quedaron lejos de ser una institución que realice acciones preventivas y de promoción a la salud; ahora, mire cómo están los hospitales: saturados, sin medicamentos y con un sindicato que encubre las mediocridades del personal.

Enfermarse es un lujo en estados pobres como Oaxaca. Esa es la verdad que el gobierno se niega a reconocer.  Y el presidente Andrés Manuel López Obrador ya se va al rancho La Chingada, y queda en el aire una pregunta: ¿Dónde quedó el Sistema de Salud, como Dinamarca, que tanto prometió, pues?