Bailar con muertos en el patio
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Opinión

BARATARIA

Bailar con muertos en el patio

 


Primera estampa: el marino, secretario de seguridad pública, Iván García Álvarez, avanza dando brinquitos cortos, sin ritmo, ton ni son, en las imágenes del primer convite de Guelaguetza el pasado domingo 2 de julio. A su lado, la Secretaría de Bienestar, Tequio e Inclusión, Laura Estrada Mauro y, a su mano derecha, la inefable “doctora” Verónica Hernández González, directora del Cobao, celebrando, bailando, gritando justo en uno de los fines de semana más violentos que se ha registrado en el estado, con más de 8 homicidios en tres días.

Segunda estampa: palacio de gobierno, gabinete de seguridad encabezado por Jesús Romero López, y el insistente dicho del secretario de Gobierno “mejora Oaxaca en materia de seguridad”. ¿En serio secretario? aseguró que ninguno de los 570 municipios del estado se ubica en los primeros 50 con mayor número de homicidios dolosos del país como son los casos de entidades del centro y norte del país. Mal de muchos.

Claro, tiene a su favor la dispersión y atomización y menor número de la población de la mayoría de los municipios.

En un ejercicio no tan ocioso, este columnista se dio a la tarea de echarse un clavado a las cifras oficiales de inseguridad que se desprenden del Secretariado Ejecutivo del Sistema de Seguridad Pública. Así tenemos, por ejemplo: de enero a junio de este año se han denunciado 22 mil 315 presuntos hechos delictivos. ¿Qué nos dicen estos datos? Sencillo: en Oaxaca se denuncia (que no se comete) un delito en promedio cada 11 minutos con 40 segundos. Muchos oaxaqueños se tragan su coraje, evitan perder el tiempo o, sencillamente, tienen miedo a denunciar.

Las cifras son contundentes, y frías, cada hora en alguna calle, hogar, transporte público, terreno baldío o hasta manera virtual se cometen al menos 5 hechos delictivos que dañan la salud, el patrimonio, la estabilidad física y emocional de algún oaxaqueño de tal suerte que poco se tendría qué festinar de lo dicho por Romero López respecto a que la entidad es el séptimo lugar más seguro del país.

El ritmo cadencioso y la sonrisa se desdibujaría del rostro del “capitán” García Álvarez si conociera, se detuviera a analizar las cifras de violaciones a la ley registradas en Oaxaca. Hagamos otra comparación: el último semestre de 2022, sexto año de gobierno de Alejandro Murat, contra el mismo lapso, los primeros seis meses de 2023, correspondientes a la administración jarista.

¿Subió, bajó o se estabilizó la cifra de delitos? Veamos. En 181 días Murat reportó 22 mil 165 delitos de todo tipo contra 22 mil 315 del gobierno actual, una diferencia de 151 hechos delictivos más, apenas 1 más diario o 0.6%, incremento “marginal” o casi imperceptible, dirían los especialistas o se justificarían los funcionarios. Está bien.

Sólo que, si seguimos hurgando, observaremos un sangriento repunte en la cifra total de homicidios en Oaxaca en la comparación del primer semestre de 2022 y el mismo lapso de 2023. En los primeros 181 días del año pasado, con Murat, se reportan 872 homicidios, contra 1 mil 073 de enero a junio de este año.

En promedio, entonces, se cometía un asesinato en Oaxaca casi cada 5 horas, al día de hoy, con Jara, es uno cada 4 horas, los oaxaqueños corremos mucho más riesgo de caer asesinados por cualquier razón. Hoy en la entidad 201 oaxaqueños más perdieron la vida en el primer semestre en comparación con el año pasado, un repunte de 23%, ni más ni menos y, a pesar de los dichos de Romero López, esta simple cifra NO hace a Oaxaca una entidad más segura, por el contrario.

Dos datos más para no aburrir querida lectora-lector. Con 200 homicidios, junio fue el mes más sangriento desde enero de 2022, solo después del mes de agosto, 4 meses antes de que Murat dejara el cargo, en que se reportaron 192 asesinatos. Más aún, desde febrero de 2023 Oaxaca no baja de un promedio de 170 homicidios al mes: cada 4.2 horas una persona pierde la vida de manera violenta en algún lugar de la entidad. ¡Espeluznante!

Mucho hay que trabajar en atender lo que se ha convertido en un foco rojo: la Mixteca oaxaqueña ahora centro de atención de grupos delincuenciales y, sin duda, de carteles de la droga que buscan control del tránsito de estupefacientes, pero también de migrantes y las rutas para ambos delitos sumado a las “tradicionales” Costa e Istmo. Algo tienen que hacer para evitar que cada día 5.6 oaxaqueños, en promedio, pierdan la vida de manera violenta.

“Se trabaja para garantizar la gobernabilidad y seguridad de la ciudadanía”, dice Romero López. Si así se trabaja entonces, algo está fallando, a pesar de los “boletinazos” y lo que señala el funcionario que, sin duda, al igual que Iván “el bailador”, no están rindiendo buenas cuentas

 

SAYMY, DE NUEVO

El factor Saymi Pineda sigue siendo un lastre para el gobierno jarista. Ahora es señalada por empresarios de intentar imponer a la empresa Superboletos, como requisito para liberar formato de pago y concluir los trámites para hacer uso del auditorio Guelaguetza en espectáculos públicos.

El empresario oaxaqueño Luis Ángel Alavez Méndez, con un oficio del 27 de junio, acusa abuso de poder, pues ha cumplido con todos los requisitos que solicita la Secretaria de Turismo del Estado pero se le condiciona a utilizar los servicios de la boletera Superboletos.

La empresa es propiedad de Guillermo Salinas Pliego, hermano del dueño de TV-Azteca, y busca disputar el mercado a TicketMaster. Superboletos está encargada de la venta de Donají La Leyenda y otro espectáculo ligado a La Guelaguetza en Santa María del Tule. De la Guelaguetza en el Macedonio Alcalá y ofrece los boletos de Moderato, Grupo Frontera y Espinoza Paz, en el Guelaguetza.

Por ello en redes sociales y corrillos políticos se señala que Pineda Velasco no pierde la esperanza de convertirse en actriz.