MACO ¿Cártel del arte?
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MACO ¿Cártel del arte?

 


Por algún punto se tiene que empezar. En la presente semana la Consejería Jurídica, a cargo de Geovany Vázquez Sagrero, se ha anotado dos sendos avances para regresar los asuntos públicos oaxaqueños a la senda de la legalidad: la denuncia del hallazgo del “trámite” de documentos apócrifos en al menos 4 notarías pública y, ayer miércoles, la intervención y orden de desalojo del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (Maco) por porte de una organización civil los “Amigos del Maco”, que ha usufructuado el espacio por más de 30 años.

Difundió 4 nombres de notarios “notables” que desde siempre han estado en boca de los oaxaqueños por las tropelías cometidas por dichos “fedatarios” en detrimento del patrimonio de varias decenas de oaxaqueños tales como Omar Abacuc Sánchez Heras, Jorge Winckler Yessin (fallecido), Miguel Ángel Modesto Concha Viloria y Emanuel Toledo Medina. Todos ellos, indican, ligados a irregularidades ocasionados por el llamado Cártel del Despojo.

En el caso de los Amigos del Maco se toca una fibra que, hasta hace poco se consideró inamovible, los llamados “intelectuales orgánicos” enchufados y beneficiarios del gobierno a quien sirven y desde donde se sirven. El MACO abrió sus puertas en 1992, hace ya 31 años, y desde su apertura la administración y dirección del museo estaba a cargo de una asociación, Amigos del MACO.

En 2021 los trabajadores del MACO denunciaron en redes sociales un intento de desalojo y la falta de su sueldo desde abril de 2020. A causa de este problema y con pandemia de por medio, el Museo fue cerrado, permanecieron los adeudos, los trabajadores se vieron en la necesidad de entablar una demanda laboral por pagos de salarios no cobrados; la Secretaría de las Culturas no es el patrón de los trabajadores; un bien público usufructuado de manera privada y por el cual se entregaban recursos fiscales.

Además, desde entonces los trabajadores indicaron que se desconoce el estado de conservación de la colección que resguarda el museo. Y, en múltiples ocasiones ha señalado que el museo está cerrado, pero se organizan visitas privadas por las cuales los “Amigos” cobran y, además, se renta el espacio para reuniones, festejos, con el consecuente daños que se ocasiona al edificio y al acervo, con la complicidad, anuencia o vista gorda de los responsables de la Secretaría de Cultura estatal.

Ayer el consejero jurídico indicó que, prácticamente desde 2014 la asociación estaría “inoperante” dado que no ha actualizado ni realizado asambleas; una asociación “unipersonal” a cargo de Rubén Leyva.

En su momento, la exsecretaria de cultura Karla Verónica Villacaña Quevedo comentó que a partir de 2008, Seculta comenzó a dar donativos a la Asociación Amigos del MACO “mediante un contrato que se firma entre la asociación y la Secretaría. El último donativo que se dio por parte de la Secretaría fue en 2019 y fue por 4 millones de pesos”; en 2021 debieron regresar un porcentaje de lo que no fue comprobado.

Ayer el Consejero Jurídico proporcionó más datos: se entregó un documento para rescindir el comodato en favor de los Amigos del Maco. Entre los motivos se encuentra los daños que pueda ocasionarse a la obra, el amplio tiempo en que el museo estuvo cerrado, los conflictos (entre ellos laborales) que afronta; las denuncias y pruebas fotográficas de que el espacio era rentando para fiestas particulares. En 1992 inició con un “acuerdo de colaboración” firmado por Heladio Ramírez y el comodato inició en 1995, firmado por Diódoro Carrasco y cedido a particulares.

Vázquez Sagrero indicó que, incluso, tan pronto llegó la presente administración, los Amigos del Maco solicitaron un “apoyo” de recursos fiscales por 5 millones de pesos. De ahí la necesidad de revisar en qué se han aplicado los dineros públicos en los últimos años.

Incluso, en una revisión realizada en el Instituto de la Función Registral se encontraron propiedades a nombre de la asociación civil “propiedades de valor considerable” que, si para obtenerlas se usaron recursos públicos, pues entonces debería estar a nombre del Gobierno del Estado, adelantó el consejero jurídico.

Rubén Leyva, el representante legal de los “amigos” tendrá que brindar muchas explicaciones; con el maestro Francisco Toledo emprendió diversos proyectos culturales y personales. Uno de los más importantes fue el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, inaugurado en 1992. El objetivo del espacio era recibir y mostrar a los oaxaqueños, exposiciones de artistas de gran nivel.

Con el tiempo, la relación se desgastó y Toledo dio un paso al costado. El juchiteco cuestionó la profesionalidad con que se manejaban los contenidos y las exposiciones; entonces propuso que las autoridades del estado intervinieran en el museo. Leyva y el resto de los fundadores del MACO respondieron con una crítica al maestro por el exhorto al gobierno, pero nada cambió y Leyva se quedó como el mandamás en el Maco.

Leyva minimizó el distanciamiento, la fractura, pero Amigos del Maco se fue distanciando más y más del proyecto inicial; pisoteó derechos laborales, el museo que era para disfrute del pueblo se convirtió en usufructo particular hasta transformarse en un salón de fiestas y donde prevaleció la opacidad en el uso de inmuebles y recursos públicos.

Mucha agua tendrá que correr aún en este asunto pero, sin duda, se tocó muy cerca a esa cofradía “cultural” que ha vivido a costa de becas, apoyos, dineros públicos sin rendir cuentas.

Esto parece que habrá que cambiar.