Oaxaca, bajo la sombra del hambre
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BARATARIA

Oaxaca, bajo la sombra del hambre

 


La señora Juana habita en la colonia La Cuenta, perteneciente a San Juan Chapultepec. Es madre soltera, con cuatro hijos, el menor de 13 meses y la mayor de ocho años. Se alquila como lavandera y por la tarde vende chicharrines y palomitas “para poder sacar algo”, dice.

Su rostro es triste y su físico de una delgadez extrema, como los cuatro niños que mantiene con 800 pesos semanales. “A mis hijos les doy lo que puedo; eso sí, no se quedan sin comer, porque, en la noche, por lo menos toman su cafecito con pan”, apunta.

Doña Juana dice que todas las mañanas, muy temprano, acude a un expendio del gobierno en donde adquiere la leche Linconsa para el desayuno diario de sus chiquillos.

Acude también al Banco de Alimentos en donde medio surte su despensa y ahí mismo, cuando puede, adquiere frutas para que coman sus hijos.

“Tengo que buscarle. La situación actual está para morirse de hambre porque todo está muy caro. Con 200 pesos ya no se adquiere nada; peor que ahorita el huevo está por las nubes. En mi casa ya no comemos huevo, hace tres semanas que ya no está en nuestra dieta”.

Ella comenta que no paga renta, porque sus padres le regalaron un terrenito en donde ahora vive y con esfuerzos, su marido, quien la abandonó para irse a vivir con otra, le construyó un par de cuartos con lámina galvanizada y madera, los cuales hacen las veces de dormitorio, cocina y cuarto de juego para los niños.

“Conozco familias que viven en colonias arriba, los cuales sí padecen hambre. Ellos están más amolados que yo, pues apenas y hacen una comida diaria, o a veces dos, pero lo preocupantes es que hay niños”, comenta.

–¿Ayuda del gobierno? Nunca. Los políticos nos visitan nada más cuando hay elecciones y ellos necesitan el voto. Fuera de ahí no hacen nada por ayudar a las familias más pobres. Por ejemplo, carecemos de agua potable y drenaje. ¿La luz eléctrica? Esa la tenemos de adorno porque en mi caso la cortaron por falta de pago, refiere.

En 2022, Oaxaca mostró un incremento en trastornos de nutrición en comparación con años anteriores, ubicándose entre los 10 estados del país con mayor incidencia.

En desnutrición severa, la entidad ocupó el séptimo lugar con 115 casos, a diferencia de los 71 en 2021 y los 108 en 2020 en el mismo periodo, con mayor incidencia en mujeres que en hombres.

En desnutrición moderada, el estado contabilizó 210 casos y ocupó igual el séptimo lugar, mientras que en 2021 el registro era de 121 y en 2020 de 134, hasta la semana epidemiológica número 29 de la Secretaría de Salud federal.

Lo patético es que los casos de deficiencia alimentaria, van a la alza, debido a múltiples factores de índole social, que los gobiernos deben atacar, sobre todo con programas que contribuyan a lograr la autosuficiencia alimentaria.

Cifras publicadas por EL IMPARCIAL, El Mejor Diario de Oaxaca, dan cuenta que 83 mil 937 habitantes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de Oaxaca se van a dormir con hambre al afrontar carencia alimentaria.

Una década antes, en 2020, Coneval considera que 83 mil 891 oaxaqueños pasaban hambre en la mayor conurbación del estado. Con una población estimada de 785 mil 717 citadinos en 2010, entonces 11.14% de los capitalinos vivían con el estómago vacío, ahora esta cifra alcanza al 11.6% de la población de los municipios urbanos de Valles Centrales.

Oaxaca de Juárez tiene la mayor cifra de habitantes con carencia alimentaria, 23 mil 379 personas, el 11.7% de la población estimada en 274 mil 643 personas; sin embargo, si se concentra en personas adultas, el porcentaje sube a 17.7%. En ese orden, los municipios con la mayor suma de habitantes con hambre serían Santa Cruz Xoxocotlán, con 12 mil 885 personas, la Villa de Zaachila, con 11 mil 796 , Santa María Atzompa, 5 mil 298 y Santa Lucía del Camino, con 4 mil 906. Siguen Cuilápam de Guerrero, San Antonio de la Cal, San Pedro Ixtlahuaca, San Lorenzo Cacaotepec y San Agustín de las Juntas, en el tope de la tabla de pobreza alimentaria.

Estas cifras escalofriantes de ninguna manera se pueden desmentir. Por ejemplo, a partir de la pandemia se observa que se ha elevado el número de personas que están arribando a la ciudad de Oaxaca para vivir de la caridad pública, independientemente de los hermanos migrantes que se estacionan unos días, para luego seguir su viaje a los Estados Unidos.

La pobreza en los hogares va en aumento, pues hay jefes de familia que se encuentran desempleados y la deserción escolar es un rebote de la crisis que están viviendo los oaxaqueños no solo en las grandes poblaciones sino también en las pequeñas, muchas de las cuales subsisten gracias a que tiene a un familiar trabajando de mojado en el país vecino del norte.

Por lo pronto, el Coneval ha señalado que hay diez municipios oaxaqueños con el mayor porcentaje de su población que afrontan hambre. Así pues, tenemos a San Pedro Ixtlahuaca, con 23.7% de la población adulta que pasa hambre; en diez años este municipio se empobreció dado que en 2010 el 13.6% pasaba hambre. El mismo fenómeno afronta San Antonio de la Cal, donde creció 10 puntos porcentuales la población sin comida garantizada al pasar de 11.3% en 2010 a 21.1% para 2020 afectando a la población estimada en 25 mil 241 personas.

Cierran el top ten de municipios con mayor porcentaje de personas que pasan hambre con Cuilápam de Guerrero, Villa de Zaachila, San Lorenzo Cacaotepec, Oaxaca de Juárez, que pasó del 10.2% al ya señalado 17.7% de oaxaqueños sin comida en un plato. Además, San Bartolo Coyotepec, Santa María Atzompa, San Jacinto Amilpas y San Agustín de las Juntas.

Un gran paquete tiene el Gobierno del Estado para, si no disminuir esas cifras, por lo menos evitar que el hambre siga aumentando, lastimando, sobre todo, a los inocentes que no tuvieron la culpa de venir a este mundo.