¿Qué representa ser Primera Dama?
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Opinión

BARATARIA

¿Qué representa ser Primera Dama?

 


El rol o papel de Primera Dama es, antes que nada, un ¿cargo? “honorífico”. En realidad en una democracia como la mexicana nadie vota por las esposas de los presidentes de la República, de los gobernadores, de los presidentes municipales (cuando los cargos no son ocupados por una mujer), aunque, es cierto, incluso en época electoral juegan un papel transcendental en la carrera política y para atraer o ahuyentar votos hacia sus maridos; basta recordar las experiencias recientes de la “teledemocracia” de Enrique Peña y el binomio con Angélica Rivera “La Gaviota” como protagonista; la de la “influencer” (sic) Mariana Rodríguez Cantú, en la elección a gobernador de Samuel García a gobernador o, ya en el puesto, la primera dama tik toker de Oaxaca: Ivette Morán.

Con el arribo de la 4T a Oaxaca esperaríamos la desaparición de la figura, su renovación, una revolución en el papel que juegan o jugarán la primera dama del gobernador o de los presidentes municipales locales. Pero por lo visto en los primeros 45 días de gobierno, esto no ha acontecido y, seguramente, tampoco habrá una transformación en los casos de Irma Bolaños Quijano, esposa del gobernador, Salomón Jara; ni lo ha sido para Bernarda González Reyes, quien incluso ya rindió su primer informe de actividades en el DIF municipal, al cumplir un año de la administración de Francisco Martínez Neri.

Ivette Morán, desde algún lugar del Estado de México y usando a Oaxaca como “cabeza de playa” llevó 6 años construyendo su protagonismo de “influencer”, sacando provecho en favor de las aspiraciones políticas de su esposo, amparada en las tradiciones, artes y costumbres de  Oaxaca para ir edificando y fortaleciendo su figura de empresaria textil y modista a costa de los modelos, el trabajo de las y los artesanos de nuestro estado, copiando estilos, arrebatando ideas y registrándolos como su propiedad intelectual.

Para todo ello contó con el silencio, complicidad e, incluso el aplauso de quienes se decían defensores y defensoras del indigenismo, de las artesanías oaxaqueñas y de nuestra herencia cultural.

La “estrategia” con el nuevo gobierno es la anquilosada difusión de las actividades de la primera dama, siempre con el sello del “asistencialismo”, el voluntarismo y el extender la mano en favor de “quienes menos tienen”. Nada nuevo bajo el sol.

Basta revisar los comunicados de prensa de la “Presidenta Honoraria” del Sistema DIF Oaxaca, las “acciones” han sido la recolección de juguetes de la sociedad civil para, posteriormente donarlos en el Día de Reyes. El reparto de Irma Bolaños de presentes dentro del proyecto Tango Yu. La presentación de Tachi, la mascota oficial del DIF Oaxaca; las visitas a la casa hogar por parte de la titular del DIF o los recorridos de Irma Bolaños por la panadería o el taller de sillas de ruedas de la colonia Alemán para conocer la situación en que se encuentran esas instalaciones o la “invitación” del DIF Oaxaca a canjear un producto de la canasta básica por una flor de Nochebuena en el Zócalo.

Además, se recorrieron los Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE) que alberga la Escuela en Terapia Física y el Centro de Atención Integral para Ciegos y Débiles Visuales (Cecyd); sin embargo, nada aún de una política de estado, un proyecto o plan para, alejados de asistencialismos y recorridos para la foto, brindar atención permanente a grupos vulnerables.

Es cierto, las primeras damas, salvo honrosas excepciones, carecen de preparación académica, experiencia en el servicio público, carrera política o una verdadera vocación de servicio a la sociedad. Por ende, no están obligadas a formular políticas públicas para, por ejemplo, articular proyectos para recuperar refugios para mujeres agredidas, articular una política de estado para atender a damas violentadas; ofrecer una atención integral a menores víctimas de feminicidios, de atención a mediano y largos plazos a grupos vulnerables.

Brindar una visión y seguimiento a huérfanos o desamparados, un proyecto para personas en situación de calle y opciones productivas, no asistencialistas, a personas en situación de pobreza. No es ese el rol de las Primeras Damas, pero la figura debe replantearse dado que, al final de cuentas, son figuras públicas que están echando mano de recursos públicos y cuentan con una posición muy divergente a la de cualquier mortal. En muchos casos, son los ojos, oídos y confidentes de quienes gobiernan y, sin duda, muchas decisiones de gobierno pasan frente a ellas o, incluso, tienen gran influencia en ello.

Sino, la conclusión al final fue la hallada por esta columna ayer en un red social respecto a Beatriz Gutiérrez Muller: “Pues todo iba bien hasta que llegó la no primera dama y nos dijo (con tono de tía queriendo apretar cachetes “¿quiénes son estas cositas lindas? ¿Saben hablar español?”.

Doña @BeatrizGMuller tiene mucho que aprender sobre #MujeresIndígenas.

 

SIGUE LA REBELIÓN EN LA GRANJA

De nueva cuenta ayer arreció la rebelión al interior del Partido del Trabajo en contra de Benjamín Robles Montoya, dueño de la franquicia en Oaxaca y que ha convertido a ese partido en el negocio familiar. Un grupo disidente le desconoció su liderazgo; para no perder privilegios, se ha desvivido en coqueteos y alabanzas hacia el gobierno de Salomón Jara y la 4T, pero podría perder su fuente de ocupación a corto plazo.

Para ello, dicen algunos, desde el mismo Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) están atizando la rebelión en la granja. Cercanos al jarismo, indican, están detrás de la mano que mece la cuna.