Gente del pueblo
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BARATARIA

Gente del pueblo

 


Es “gente de los pueblos”, “no merece atención de los grandes señores del gobierno”, recordó la semana pasada en una de sus columnas Sergio Sarmiento, parafraseando un pasaje de El Llano en Llamas, de Juan Rulfo, muchos años después esto es aún vigente ante a la situación que enfrentan nuestras comunidades ante el actuar de los gobiernos y los burócratas que ocupan cargos directivos.

En Oaxaca en al menos tres casos es aplicable el desinterés oficial con respecto a “la gente del pueblo”: la fuga de amoníaco en la región del Istmo, la muerte de dos menores a causa de mordedura de murciélago en una comunidad perdida de la Sierra Sur y el deceso de una mujer, Abigail Hay, en separos policíacos en Salina Cruz hecho registrado desde agosto y por el cual la familia aún está a la espera de justicia.

Y parecía que con el cambio de gobierno, al menos en el arranque, las cosas iban a modificarse para poner en el centro de atención inicial a “la gente” del pueblo o, como dice la propaganda oficial: “primero los pobres”.

La semana que concluyó a “periodicazos” o “boletinazos” el Gobierno del Estado y la empresa productiva del Estado, Petróleos Mexicanos (Pemex) aseguraron que habían sellado el ducto del que fugaba el tóxico desde el 9 de diciembre en la comunidad de Donají y que obligó a desalojar a los pobladores de las cercanías. El día 21 se afirmó que se había reparado la avería, pero el 28, de nueva cuenta, se denunció la reactivación de la fuga.

Resultado de ello, las comunidades de Tolosita, Ejido Juno, José María Morelos y Pavón y el Ejido 6 de Enero han resultado afectadas. Si el percance hubiera sido ocasionado por una empresa privada, casi con seguridad las autoridades hubieran clausurado las instalaciones, sancionado de manera ejemplar a la firma y obligado a la reparación del daño.

En un video difundido la semana anterior, habitantes de Donají daban cuenta de que la fuga continuaba. Pemex sabe que continuarán las quejas pero que, con recursos, logrará acallar las críticas. La empresa productiva del estado y quienes la regentean, que no administran, saben que pertenecer al gobierno les otorga una patente de impunidad; son una empresa, es cierto, pero parte del gobierno que les permite lidiar con percances, ocultar ineficiencias y causar daño sin reconocer responsabilidades y, sobre todo, sin pagar por ello.

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¡DA RABIA!

Oaxaca cumplía casi dos décadas sin casos de rabia humana y, en apenas días: el desastre: dos menores muertos por la desatención oficial, la desidia, la ineptitud de éste y el anterior gobierno, la torpeza de funcionarios y la ignorancia, todo se conjuntó para ocasionar una tragedia.

De qué sirve, como señala el boletín de prensa del Gobierno del Estado difundido para lavarse la cara, que los infantes fueran atendidos por “un grupo de especialistas multidisciplinario”

Una mujer, la madre de los tres menores mordidos, inició su peregrinar en busca de atención, que no llegó y, cuando fue recibida, era muy tarde. Conforme transcurren los días se acumulan las pruebas de la negligencia oficial. Debieron pasar 23 días para que la palabra “rabia” apareciese entre las posibilidades que explicaran la situación de los menores.

La madre acudió a tres unidades médicas sin recibir atención debida. En el hospital de La Paz de Teojomulco, apenas recibió algunas medicinas. Los menores, incluso, acudieron a las festividades decembrinas de su escuela el 16 y 17 de diciembre. Fue hasta el 20 de diciembre, en Sola de Vega, cuando fueron canalizados al Hospital Civil y hasta el 24 cuando se informó a la sociedad, luego de que EL IMPARCIAL, diera cuenta del hecho.

El primer pequeño murió el 28 de diciembre y las autoridades confirmaron de forma oficial que la causa había sido por rabia, luego que llegó desde la Ciudad de México, Gabriel García Rodríguez, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud. Debieron transcurrir ¡33 días! para que las autoridades se percataran de la causa del deceso. ¿De qué sirven entonces los avances médicos si en Oaxaca no se aplican? ¿Qué hay de los funcionarios de salud que quedaron como simples comparsas, floreros, ante esta crisis?

Luego de la muerte del primer menor, transcurrieron 6 días para confirmar la causa del deceso y debió llegar un burócrata federal para enmendar la plana a los burócratas estatales dado que la flamante secretaria de Salud, preocupada por recibir su oficina, evadió entrevistas y se plegó a la Ley Mordaza impuesta desde las oficinas de Comunicación Social del Estado.

¿Y si los viáticos aplicados en el viaje del enviado del gobierno federal se hubieran aplicado a mejorar el sistema de salud en Palo Alto, comunidad de donde provienen los menores? ¿O lo que se han gastado en los operativos “sanitarios”?

Este gobierno quedó marcado por esta tragedia sanitaria. Podría escudarse la funcionaria, Ana Lilia Velasco, que cobra como titular de los SSO, en el sistema salud que heredó pero, ¿no hizo un diagnóstico de cómo estaba el escenario, no se percató de lo delicada de la situación?

Contó con 5 meses para el diagnóstico.

 

El caso Hay

Y “los señores del Gobierno” tampoco han prestado atención al caso de la muerte de Abigail Hay en una cárcel municipal. Su pareja está, a decir de las autoridades, “ilocalizable” y con el hijo desaparecidos. El padre de la joven demanda justicia y que se revise la situación jurídica de quien fue su yerno.

Y, hasta ahora, “la gente de los pueblos no ha merecido la atención de los señores del gobierno”.