No más agresiones
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Opinión

BARATARIA

No más agresiones

 


Las agresiones en contra de los representantes de los medios de comunicación, no cesan. La mañana de este domingo, el colaborador de este medio de comunicación, Javier Santiago, fue agredido por un grupo de pobladores de San Juan Guelavía, una comunidad del distrito de Tlacolula, los cuales, de acuerdo con los primeros reportes, pretendían hacer justicia por propia mano al pretender linchar a una mujer al ser sorprendida, presuntamente robando. Santiago, cumpliendo con su trabajo, solo cubría este hecho noticioso.

La semana pasada, uno de los integrantes del Consejo Ejecutivo de la Asociación de Periodistas de Oaxaca, Alejandro López, fue asaltado en calles de un sector de la ciudad de Oaxaca por individuos en motocicleta que lo amagaron con un arma de fuego y lo despojaron de sus pertenencias, incluyendo un teléfono celular, en donde documenta su información que difunde en su portal de noticias Pulso Político.

De hecho, son las primeras agresiones que ocurren en contra de los comunicadores al iniciar el 2023. Y, por supuesto, no deseamos que éstas se incrementen en contra den ningún sector, y menos contra los representantes de los medios de comunicación, que sólo realizan esa ingrata actividad, que es la de informar.

El año que pasó ha sido uno de los más funestos en al menos tres décadas para los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación en México, pues 15 reporteros fueron asesinados.

El último de los ataques a balazos ocurrió en contra de Ciro Gómez Leyva, quien estuvo a punto de perder la vida en la capital del país. Por cierto, pese a las influencias del comunicador, el caso aún no ha sido aclarado.

En el caso de Javier Santiago, este domingo el reportero se dirigió a San Juan Guelavía a reportear un intento de linchamiento de una persona a quien rodearon con gasolina, acusada de un presunto delito.

Al notar la ´presencia del reportero, los ahí presentes la emprendieron en su contra a quien golpearon, dejaron inconsciente. Le arrebataron su equipo quemándolo de inmediato. Corporaciones de auxilio lo trasladaron a la ciudad de Oaxaca para luego ser internado en el Hospital Civil para ser atendido de las lesiones.

El caso de Alejandro López ocurrió el pasado jueves. Si bien se trató de un asalto, que a estas alturas en que falta vigilancia en la ciudad de Oaxaca, por lo tanto, cualquiera lo puede sufrir, no hay que descartar que podría tratarse de un acto intimidatorio por parte de la policía o también de la delincuencia, al tratarse de uno del Consejo Ejecutivo de una de las organizaciones periodísticas más antiguas del país.

Por eso, la respuesta de las autoridades no solo debe quedarse en el discurso en el sentido que estos casos se investigarán, sino que se debe actuar en consecuencia hasta lograr la detención de los responsables.

Y se debe investigar a fondo, no sólo porque los agredidos forman parte de algún medio de comunicación, sino porque son ciudadanos que han sido atacados en al desempeño de su trabajo y que este gobierno, a diferencia de otros, tienen la clara intención de poner fin a la impunidad.

En estos dos casos, como en otros anteriores, una cosa vale destacar: que los periodistas oaxaqueños, haciendo a un lado siglas, se han unido para externar su solidaridad a través de las redes sociales, y actuar, cada uno en su trinchera, en el momento mismo de cada agresión, tomando en consideración que a los periodistas nadie los cuidará, si no son ellos mismos los que actúen en consecuencia.

Y es que, sólo con la unidad, el gremio reporteril deberá salir adelante, frente a las agresiones de donde provengan. Por lo pronto, nuestra solidaridad con los reporteros agredidos y nuestro llamado a la Fiscalía General del Estado, para que desempolve los casos de agresiones contra periodistas ocurridos en el pasado.

 

ESE GABINETE

Para el nuevo Gobierno estatal, parece ser que las cosas no iniciaron tan bien como esperaban. Al iniciar la administración estatal de Salomón Jara Cruz, muchos aplaudieron el retiro del plantón de los triquis frente al Palacio de Gobierno, pero hasta ahí quedó en buenas noticias.

La designación de integrantes de su gabinete dejó mucho que desear no solo por los nuevos funcionarios y funcionarias sin perfil, sino por el acomodo que varios hicieron de manera descarada de sus familiares en instituciones como el Colegio de Bachilleres de Oaxaca (Cobao) y la Universidad Tecnológica de los Valles Centrales de Oaxaca (UTVCO).

Por si fuera poco, en el sector salud, aún no convence la designación de Alma Lilia Velasco, quien se ha resistido a las entrevistas con los diferentes medios de comunicación, a menos que sea una orden o indicación del área de comunicación del Gobierno del Estado.

El sexenio de Salomón Jara también inició con un mal desempeño y actuación para solucionar dos grandes problemas: la rabia por la mordedura de un murciélago que generó el deceso de un menor de 7 años de edad y la fuga de amoniaco en la comunidad de Donají, en Matías Romero. En ambas, las autoridades gubernamentales no han querido reconocer la tardía intervención y la falta de capacidad de las nuevas autoridades.

El gobernador del Estado asegura que para Oaxaca vendrán cosas mejores, pero resulta difícil de creer por los funcionarios y funcionarios que le rodean, más preocupados por acomodar a sus amigos y familiares, que en trabajar por el bien de las y los oaxaqueños.