¡Seara, misión cumplida!

A punto de ser detenido en Madrid por la brigada político social de España, el intelectual Modesto Seara Vázquez huyó del país ibérico al iniciar 1960 con destino a la ciudad de México, y luego Oaxaca, donde tendría como objetivo contribuir a la academia.

Este lunes, un día después de la Navidad, el doctor Modesto Seara Vázquez cerró sus ojos para siempre al fallecer en la Ciudad de México por complicaciones en su salud a causa del Covid 19. Tenía 91 años.

Se ha ido y tres palabras podrían ser su epitafio: ¡Oaxaca, misión cumplida!

Seara Vázquez nació el 11 de septiembre de 1931 en la Villa de Allariz, en la provincia de Orense, en Galicia, España, pero reside en México desde 1960. “Es un país al que no sólo le debo yo, sino la humanidad entera”, diría en una entrevista.

Hombre visionario, el académico inició sus actividades en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en 1961, como profesor investigador de tiempo completo en el Instituto de Derecho Comparado, hoy Instituto de Investigaciones Jurídicas, al mismo tiempo que comenzaba a colaborar con la Facultad de Derecho y la entonces Escuela (hoy Facultad) de Ciencias Políticas y Sociales, con las cátedras de Derecho Internacional Público y Organización Internacional.

En 1961 publicó su primer libro, Introducción al Derecho Internacional Cósmico, una edición revisada y actualizada de su tesis doctoral, posteriormente también traducido al inglés.

Formó parte de un movimiento internacional a favor de los judíos de la Unión Soviética, como parte del Comité Latinoamericano, defendiendo “el derecho de irse”.

En octubre de 1973, durante la guerra del Yon Kippur, estuvo en la URSS como parte de una comisión de cuatro personas enviadas para encontrarse con judíos que se veían negada la visa de salida. Esa Comisión visitó Moscú, Kiev, Tbilisi y Leningrado.

Seara incrementa su participación en las actividades de la Escuela de Ciencias Políticas de la UNAM y en la reforma de sus planes de estudio. Desde enero de 1967 pasa a ser profesor de tiempo completo de dicha Escuela y es encargado por el director Enrique González Pedrero, de fundar y organizar la División de Estudios Superiores, para transformar la Escuela en Facultad. Para ello se le nombra Jefe de la Dirección de Estudios Superiores y bajo su dirección se crean cuatro doctorados.

También inicia colaboraciones semanales en la página editorial del diario El Universal, con el que volvería de nuevo a comienzos de la década de 1980, en que además de colaborar en la página editorial dirigió el suplemento dominical Mundo Latinoamericano.

En 1968, por su cargo como Jefe de la División de Estudios de Postgrado de la FCPS queda involucrado en los lamentables eventos de ese año y es detenido y sometido a interrogatorio por la Federal de Seguridad, que le pide firmar un escrito contra el movimiento, a lo cual se niega. Poco después es dejado en libertad y se levantan todos los cargos contra él.

En 1976 regresa a España y colabora en la transición política, desde las filas del Partido Socialista Obrero Español, en el que había militado desde los años cincuenta. Poco antes de salir de México, el Gobierno Mexicano le otorga la condecoración del Águila Azteca, la más alta condecoración que se otorga a un extranjero, “por su contribución a la formación de varias generaciones de mexicanos”.

El año de 1988 fue decisivo en la vida de Modesto Seara. Un antiguo alumno suyo de la Facultad de Derecho de la UNAM, el Lic. Heladio Ramírez López era gobernador del Estado de Oaxaca y le pidió que le elaborara un proyecto para una universidad en la ciudad de Huajuapan de León, en la región mixteca oaxaqueña, al norte del Estado. Las ambiciones del proyecto eran muy limitadas: construir una universidad para una localidad pequeña, que respondiera a las necesidades locales.

Seara elaboró el proyecto, y con él dio inicio a un nuevo modelo de universidad, concebido como una universidad para el desarrollo.

La definición que le dio a la universidad iba en el sentido de trascender su función educativa, y entenderla como un instrumento cultural para transformar la sociedad. Le dio cuatro funciones principales: enseñanza, investigación, difusión de la cultura y promoción del desarrollo.

La Universidad Tecnológica de la Mixteca inició sus labores en 1990, con 48 alumnos, cinco profesores y dos aulas, en medio de un terreno bautizado por los humoristas locales como “el desierto de Seara”. Fue el inicio de una gran aventura, que llevó a un proyecto académico universitario sin precedentes.

En 2016, la UTM tenía alrededor de 220 profesores investigadores de tiempo completo, unos 1,500 estudiantes, diez licenciaturas e ingenierías, quince maestrías, cinco doctorados, y ocho Institutos de investigación, en un campus de 208 hectáreas con más de cien edificios.

Pero lo más importante es la calidad de la Universidad, cuyos alumnos rutinariamente consiguen los primeros lugares nacionales (según los Exámenes Generales de Conocimientos de CENEVAL), en los campos de la ingeniería en computación, electrónica, industrial o ciencias empresariales.

En el año 2008 y 2011, equipos de estudiantes de la UTM consiguieron el primer lugar mundial en HCI (Human Computar Interaction, de ACM), en las finales que tuvieron lugar en Florencia y Atlanta y quedaron número dos en las que se celebraron en San José de California y París, en 2017 y 2013.

En el 2016, el SUNEO tenía 1 mil 150 profesores de tiempo completo, de los cuales, 500 tienen doctorado y el resto se formaron con maestría.

A sus 31 años, el Sistema de Universidades de Oaxaca que se inauguró el 21 de febrero de 1991 con 2 aulas, 5 edificios, 5 profesores y 48 alumnos en la Universidad Tecnológica de la Mixteca (UTM), creció y se fortaleció.

En junio de 2022, cuando Modesto Seara Vázquez visitó las instalaciones de EL IMPARCIAL, El Mejor Diario de Oaxaca, en una entrevista colectiva que encabezó nuestro Director General, Benjamín Fernández Pichardo, Modesto Seara afirmó: “El SUNEO es una realidad”.

Como es una realidad su partida, pero también su contribución e Oaxaca, sin importar su postura de hombre polémico que hoy deja un sistema de enseñanza con un éxito rotundo, sin lugar a dudas. Descanse en paz el Maestro, Modesto Seara Vázquez.