La Costa, tierra de nadie
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Opinión

BARATARIA

La Costa, tierra de nadie

 


Se le acumulan los pendientes a la criticada e ineficiente secretaria de Seguridad Pública de Oaxaca, la funcionaria que tiene a las redes sociales como plataforma de lanzamiento, pero con marcada eficacia en asuntos de seguridad, que desconoce.

Ante la grave crisis de inseguridad que se experimenta en la Costa oaxaqueña la Secretaría de Marina debió dar un verdadero golpe de timón para tomar el control de la Dirección de Seguridad Pública municipal de Pinotepa Nacional Oaxaca el pasado miércoles 28 de septiembre.

La costa oaxaqueña colindante con Guerrero se ha convertido en un verdadero foco rojo por la inseguridad, levantones, tráfico de estupefacientes (casi siempre lo uno ligado a lo otro) y la ineficacia de la burocracia policiaca que prefiere voltear para otro lado.

En sesión extraordinaria el Cabildo pinatopense se vio obligado por las circunstancias a tomar  protesta al teniente de infantería de Marina, Miguel Ángel de la Rosa Moya, nombrado director de seguridad pública municipal de este municipio costeño cuando en el país hay una encarnizada discusión en torno a la militarización de la vigilancia y la protección ciudadana que, argumentan muchos, debe estar a cargo de los civiles.

Incluso el gobierno morenista reconoció la gravedad de la ola de inseguridad que se vive en este municipio, a tal grado que la Secretaría de Estado de los Estados Unidos ha prevenido a sus connacionales de no viajar a Pinotepa Nacional.

Otro corresponsable de la ineficaz estrategia, el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública, José Manuel Vera Salinas estuvo presente en el relevo, ése último también es marino.

Esperamos resultados a corto plazo en la convulsa zona de nuestra entidad.

 

Lastimoso embarazo infantil

El pasado domingo 25 de septiembre se cumplieron tres años de la despenalización del aborto en Oaxaca y el grupo de edad que podría beneficiarse con esta reforma al Código penal no ha podido acceder a la Interrupción Legal del Embarazo, a pesar de los cientos de embarazos que aún se registran en niñas del estado.

Las cifras no mienten; el sector salud da cuenta de las más de 370 mujeres oaxaqueñas que han acudido a una de las tres instituciones para ser beneficiadas con la ILE, pero cuyas edades son a partir de los 15 años de edad. En contraste, el INEGI informa cada año que son cientos de niñas las que siguen con embarazos forzados y objeto de constantes violaciones, porque la gestación a esa edad suele ser consecuencia de un abuso sexual.

Aquí la pregunta sería por qué el estado sigue con los embarazos infantiles y la complacencia de las autoridades de impartición de justicia y la misma sociedad, que desprotegen a las menores de edad a pesar del riesgo que representa un embarazo en cuerpos que apenas inician con su desarrollo.

A pesar de esta reforma, no hay suficientes nosocomios que puedan dar acceso al ILE a las mujeres de todo el territorio estatal, mucho menos a aquellas de comunidades rurales y que son las de mayores vejaciones a temprana edad.

Las autoridades deberían replantearse qué están haciendo mal y cuáles son las acciones que deberían emprender para no permitir que niñas de tan solo 10, 11 o 12 años lleven a cabo un embarazo, además de hacer efectiva la ley contra el violador, que suele ser mayor de edad, integrante del seno familiar o cercano a ésta.

 

La delincuencia, otro flanco descuidado

Además de la basura, el edil capitalino, Francisco Martínez Neri, no puede enfrentar la alta incidencia de la delincuencia que opera a cualquier hora del día y en pleno Centro de la ciudad, donde sus principales víctimas son transeúntes y conductores de motocicletas.

Si no fuera por la magia de las redes sociales, los oaxaqueños no estaríamos al tanto de la gran cantidad de asaltos y robos que logran captarse por medio de cámaras de videovigilancia, tanto a jóvenes, como a mujeres y personas mayores.

La poca efectividad de los policías municipales no solo ha generado que los delincuentes operen con más frecuencia a plena luz del día, sino también en céntricas calles de la capital oaxaqueña, donde también han sido víctimas varios extranjeros y visitantes nacionales.

El edil capitalino prometió en campaña acabar con la inseguridad, o al menos disminuirla en su primer año de gestión, pero parece que rodearse de porros que encabezan sus principales direcciones y áreas no le ha servido de mucho.

En días recientes, por medio de videos difundidos en redes sociales, la constante son los asaltos a los transeúntes y daños a unidades de motor para cometer una serie de robos, donde no se salvan también los comercios establecidos, principalmente las tienditas de abarrotes.

Hasta la fecha, los capitalinos no han observado un cambio en la percepción de la inseguridad, la cual pareciera que se va agudizando a pesar de los discursos oficiales de contar con una de las entidades más seguras.