Cierran la llave en Finanzas
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BARATARIA

Cierran la llave en Finanzas

 


Como ocurre cada sexenio, la administración estatal ya ha cerrado la llave de las arcas de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado y, con ello, dio inicio al despido de trabajadores de confianza de las diferentes dependencias.

Tal como se anunció el titular de la dependencia durante la glosa del Quinto Informe de Gobierno, los compromisos laborales y con los proveedores quedarán finiquitados durante el mes de junio, pues con ello se pretende evitar grandes compromisos y adeudos como ocurrió con el gobierno de Gabino Cué Monteagudo, cuando se reportó la cifra real de la deuda pública.

En los más recientes días los proveedores de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) y de la Secretaría de Bienestar estatal se han manifestado para exigir el pago de facturas pendientes, pues, a pesar de haber cumplido con los servicios, no se les han hecho efectivo los pagos.

A los proveedores de la Secretaría de Bienestar se les adeuda más de 100 millones de pesos por el canje de los vales para los uniformes escolares de los estudiantes de las escuelas públicas de nivel básico.

Lo mismo ocurre en los SSO, donde los empresarios demandan el pago de los insumos básicos que proporcionaron para el Hospital Civil Doctor Aurelio Valdivieso, con una suma de poco más de 10 millones de pesos, pero esa cantidad es solamente lo que se refiere al hospital, ya que es larga la fila de afectados en esta dependencia.

El cierre de la grifo financiero también alcanzó a los trabajadores de confianza que llegaron con el actual gobierno, unos entendieron que se deben hacerse un lado y conseguir un nuevo empleo, pero otros que sacaron la chamba a pesar de la pandemia, exigen no ser despedidos como se acostumbra en México con la típica frase de “comes y te vas”.

Pues muchos trabajadores de confianza han sido despedidos desde enero y otros, como los de la Corporación Oaxaqueña de Radio y Televisión (CORTV), denunciaron que se han quedado sin trabajo a partir del 13 de junio, día en que les notificaron que debían marchar porque ya no hay lana para mantenerlos en esta institución.

Los que se pusieron listos fueron los funcionarios foráneos, pocos quedan de quienes llegaron con la actual administración, ellos disfrutaron de buenos salarios y puestos, por lo que abandonaron el barco antes del tiempo una vez que gozaron de las mieles del poder.

El que ya no quería saber nada de Oaxaca ni de los oaxaqueños y deseaba regresar lo más rápido posible a la capital del país, es el exsecretario de salud, Juan Carlos Márquez Heine, que ni bien dejó la dirección de la dependencia, la cual manejó sin transparencia, decidió cerrar su cuenta personal de twitter y regresar a laborar a una Clínica de su propiedad.

Se comenta entre funcionarios del Gobierno del Rstado que el exfunionario decidió alejarse de Oaxaca después de varios años de vivir del presupuesto bajo la sombra del gobierno estatal, para regresar junto con su familia a la Ciudad de México.

Esto en medio de señalamientos de los trabajadores por un mal uso del recurso de los Servicios de Salud de Oaxaca (SSO), donde una enfermera gris, oscura, chambista y que solo cuida el cargo, Virginia Sánchez Ríos, se niega a solicitar auditorías y esclarecer la situación de la dependencia, donde está prohibidas ofrecer declaraciones a medios, sino es con su consentimiento.

Muchos dicen, con razón, que la prepotencia y la soberbia no se han ido de los SSO, sino que fueron heredadas.

Meses antes de su destitución como titular de los SSO, Márquez Heine apareció en una lista de personajes mexicanos que fueron señalados en una investigación por mover fortunas hacia paraísos fiscales.

De esta situación, el gobernador del Estado, Alejandro Murat se limitó a hablar al respecto, al igual que el exseretario de salud, quien también había sido acusado de desvíos mientras estuvo en el entonces Seguro Popular.

Ahora que el exfuncionario ya no se encuentra en Oaxaca, ¿a quién le pedirá cuentas la secretaria de Salud Virginia Sánchez Ríos, quien solo fue designada en el cargo para encubrir las irregularidades que se cometieron durante la pandemia con Donato Casas Escamilla, como titular de esa instancia?

 

Ciudadanos reparan vialidades

Se han multiplicado en la ciudad las y los ciudadanos que, con pico y pala, un poco de tierra o mezcla de asfalto se han dado a la tarea de poner su granito de arena (o de tabiques) y tapar baches y hoyos de vialidades principales o de calles aledañas a su domicilio. Algunos solicitan una colaboración a los automovilistas, otros lo hacen para apoyar a la ciudad.

En Camino Nacional los tabiqueros destinan los desechos para intentar reparar los baches en el perímetro del monumento a Juárez, en la salida a Huayapam. La zona en verdad da pena, es uno de los accesos a la capital y aquí recibimos a los visitantes “con los baches abiertos”. ¿Por qué un ciudadano tiene que tomar la iniciativa y realizar tareas obligación de autoridades municipales? Todos pagamos impuestos, los más y los menos, no queremos autopistas, pero si contar con vialidades que no representen una amenaza para nuestra seguridad y que, al transitarlas, no dañen nuestros vehículos.

En otras urbes, como la ciudad de México, se cuenta con el programa de indemnización por baches del Gobierno de la Ciudad de México que claro, demanda cubrir ciertos requisitos pero, en 30 días, cuentas con una respuesta. En Oaxaca ¿a quién acudir cuando “volamos” una llanta, se daña la suspensión, golpeamos el auto por el mal estado de las calles? ¿Cuándo seremos una ciudad de primera (y no solo de “primera, velocidad) donde se respete al ciudadano?