Los constantes apagones que se han registrado en distintos municipios de Oaxaca han generado una creciente inconformidad entre la población, que enfrenta serias afectaciones en su vida diaria y en sus actividades productivas. Desde zonas urbanas como Oaxaca de Juárez hasta comunidades rurales en la Sierra Sur, el malestar es generalizado por la falta de un servicio eléctrico confiable.
Comerciantes, estudiantes, amas de casa y trabajadores coinciden en que los cortes de energía no solo son frecuentes, sino que en muchos casos se prolongan por varias horas, afectando el funcionamiento de electrodomésticos, el almacenamiento de alimentos, la conectividad a internet y, en general, la calidad de vida.
Los empresarios del sector turístico también han manifestado su preocupación, ya que los apagones impactan negativamente en la experiencia de los visitantes, especialmente en destinos como la capital oaxaqueña y la costa. En algunos casos, se han reportado pérdidas económicas por la imposibilidad de operar sistemas de cobro electrónico, refrigeración y servicios básicos en hoteles y restaurantes.
A través de redes sociales, vecinos de distintos puntos del estado han denunciado la falta de mantenimiento en la red eléctrica, postes caídos, transformadores en mal estado y la escasa respuesta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) ante los reportes ciudadanos. Algunos sectores señalan también que los apagones podrían estar vinculados a sobrecargas en el sistema y a la falta de inversión en infraestructura eléctrica.
Ante esta situación, líderes comunitarios y organizaciones civiles han exigido a las autoridades federales y estatales una solución inmediata, así como un plan de mejora para garantizar el suministro de energía eléctrica de manera continua y segura. La exigencia es clara: Oaxaca merece un servicio eléctrico digno, eficiente y sin interrupciones que pongan en riesgo la seguridad y el bienestar de su población.