La contaminación ambiental está provocando exceso de polen, con concentraciones superiores al 80% en algunos puntos cercanos a bosques y parques. Este ambiente súper cargado de partículas ha disparado el asma, la tos, los estornudos y otros problemas respiratorios entre la población. Han aumentado las alergias respiratorias, el asma y problemas como conjuntivitis, rinitis y lagrimeo de los ojos.
En la última década las reacciones alérgicas al polen en la ciudad han aumentado entre un 15 y un 20%, una tendencia que se repite en otros países debido al aumento de las temperaturas por el cambio climático, lo que ha desatado periodos de floración más largos en algunos árboles. Si antes la floración de un árbol duraba dos o tres meses, ahora puede alargarse hasta seis meses y las personas que son sensibles a ese polen están expuestas más tiempo.
El asma y la rinitis alérgica son dos de las enfermedades alérgicas más frecuentes ya que, se estima que la cifra de asmáticos en todo el mundo supera los 300 millones de personas, de las cuales el 80 por ciento también presenta síntomas de rinitis. La primera medida y más eficaz para prevenir las alergias es evitar el contacto con el alérgeno.
Al menos 4 de cada 10 mexicanos tienen algún tipo de alergia, pero muchas veces estas condiciones son minimizadas o subdiagnosticadas, lo que incide en que no reciban un tratamiento adecuado. Una alergia es la respuesta del organismo al entrar en contacto con alguna sustancia o agente ajeno. Esta condición tiene diversas presentaciones clínicas, y los síntomas dependerán de cómo sea el contacto, es decir, si es algo que se respira o se ingiere.
Hay medicamentos eficaces en el tratamiento de síntomas, como son los antihistamínicos. Hoy advierten que todos estos tratamientos mejoran y controlan los síntomas, pero no curan la alergia.
Prevenir tragedias
La mancha demográfica crece a pasos acelerados y cada año que pasa las necesidades en materia de Protección Civil cambian repentinamente. Para la elaboración de un plan de contingencia ya sea en el interior de un restaurante, en las instalaciones de una gasera o en un hospital, se debe especificar el giro de la empresa, en el que se explica que tipo de combustible se empleará, ya sea para su consumo, venta, envasado o transportación.
Además, se deben trazar las rutas de evacuación, puntos de reunión, extintores, sistema de alarma contra incendio, intercomunicación automatizada con los servicios de emergencia del Cuerpo de Bomberos, Cruz Roja y Protección Civil, brigadas de auxilio internas y aditamentos de primeros auxilios.
La falta de mantenimiento y el factor humano son los detonantes para que ocurra una terrible tragedia, tal como un flamazo o una explosión por acumulamiento de combustible.
En este escenario no se puede ignorar que en las calles se han registrado accidentes por el uso de la pirotecnia que de manera indiscriminada se vende. Este tipo de accidentes dejan en las personas lesiones, secuelas, psicosis, desestabilización emocional y en dado caso hasta la muerte. Si bien se han hecho operativos, es necesario intensificar en todo momento las revisiones en negocios que manejen este tipo de artículos, así como de combustible, sobre todos aquellos que son flamables y de alto riesgo.
La seguridad va más allá de un simple todo está bien, se tiene la obligación de revisar exhaustivamente todo el entorno en el que se ubica un establecimiento comercial, con el compromiso de evitar hasta donde sea posible conatos de incendio y hasta explosiones. Así como realizar una detallada explicación con respecto a las incidencias que se registran en lugar donde se maneja combustible sobre todo aquellos que emplean gas LP, el personal calificado en la materia debe ejecutar las revisiones y elaborar las bitácoras de prevención en tiempo y forma, por lo que se deberán mostrar al personal de Protección Civil para que dar el “visto bueno”.