Perspectiva económica: ¿de dónde saldrá el dinero?
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Perspectiva económica: ¿de dónde saldrá el dinero?

 


En 1981 se publicó el Libro “México: la disputa por la nación. Perspectivas y opciones del desarrollo”, escrito por Carlos Tello Macías y Rolando Cordera, que trata sobre la persistente lucha entre dos proyectos de nación que viven en las entrañas históricas de México: el nacionalismo revolucionario y el neoliberal. (www.milenio.com/opinion/hector-aguilar-camin/dia-con-dia/la-disputa-por-la-nacion-1981). 

El proyecto neoliberal, traería consigo “la perspectiva de una acelerada integración global con la sociedad norteamericana”. Su implantación requeriría un “periodo de ajuste” con “mayor marginalidad y polarización”, sin menoscabo de que, al mismo tiempo, se produjeran un mayor consumo y un crecimiento económico relativamente rápido, así como “un mayor deterioro del contenido de masas que todavía caracteriza al Estado mexicano”.

Por otro lado, el proyecto “nacionalista” implicaría la “reactualización del proyecto cardenista de los años treinta: un vasto programa de reformas económicas y sociales”, destinado a lograr “una efectiva integración económica nacional y una disminución sustancial de la desigualdad y la marginalidad prevalecientes”.

Finalmente, el modelo neoliberal se consolida a partir de 1986, en el sexenio de Miguel de la Madrid, con el ingreso de México al GATT y terminó el último día de la administración del presidente Peña Nieto en 2018. La receta neoliberal permitió en ese momento histórico responder a la fuerte crisis económica resultado del desastre que en esta materia dejaron los sexenios de Luis Echeverría y López Portillo (fuerte endeudamiento, inflación de 160% anual, frecuente devaluación del peso, etc.).

Existe un paralelismo y afinidad entre el modelo del gobierno federal actual y el sexenio de Echeverría Álvarez, no es fortuito que los años en que el actual presidente se afilia al PRI y participa en la administración pública es justo en los sexenios de Luis Echeverría y López Portillo. Estos dos sexenios se caracterizaron por el desorden económico, una vez que terminó la bonanza del desarrollo estabilizador que caracterizó a los sexenios anteriores. La presidenta electa Claudia Sheinbaum seguirá el modelo del obradorismo.

Aunque en el discurso se niegue, el endeudamiento actual es alto. Prepagamos casi 890 millones de dólares de deuda externa, recientemente, el Banco Mundial prestó mil millones de dólares a México para “modernizar su economía”. Pedimos para pagar otros créditos, jineteando deudas cada vez a un costo mayor.

Las ocurrencias y caprichos de este sexenio costaron 4.5 billones de pesos, por lo que para 2025 ya no hay dinero. El déficit público para 2025 sería de 2.5 billones de pesos que se podría traducir en más deuda. En los precriterios de política económica para 2025 no se está considerando las necesidades de gasto adicional que se calculan alrededor de 1.057 billones de pesos, se requiere subir el gasto a 10 billones de lo contrario será insuficiente para cubrir los programas sociales, salud, educación energía y agua.

Desde que se dio a conocer el triunfo de Claudia Sheinbaum para ser la próxima presidenta de México, el pasado 2 de junio, el dólar ha subido dos pesos. La principal razón por la que el dólar ha visto un incremento a su valor frente al peso es por las posibles reformas constitucionales que podría haber antes del cambio de presidente.

El grupo parlamentario de Morena en la Comisión Permanente en San Lázaro anunció que las reformas constitucionales enviadas conocidas como el Plan C, se votarían en septiembre, momento en el que la coalición de la 4T contará con mayoría en la Cámara de Diputados y Senadores.

El Banco de México Banxico (Banxico) anunció que está dispuesto a intervenir en el mercado si continúa la volatilidad por el Plan C, esta medida logró calmar momentáneamente el tipo de cambio. 

Se buscaba separar el poder político del económico, lo que había logrado el periodo llamado neoliberal es que lo político no afectara lo económico; sin embargo, parece que estas dos actividades vuelven a estar ligadas.

Como en los viejos tiempos, los años electorales se caracterizaban por un derroche presupuestal, para en el año siguiente sufrir la resaca con crisis recurrentes. Hoy volvemos a esos escenarios ya superados.

La diferencia entre 2018 y 2024 es que Peña Nieto dejó las arcas nacionales con dinero, pero actualmente están quebradas y comprometidas ¿de dónde saldrá el dinero? 

X: @aguilargvictorm

 

 

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