Régimen político y personalidad política
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Opinión

Régimen político y personalidad política

 


 

La conjunción del régimen político, la correlación de fuerzas internas o externas, en el estado o en parte de él y la personalidad del gobernante o del político, es un tema y una situación muy digna de abordar y estudiarlo. En una situación determinada, dentro de un régimen político dado, hace resaltar la personalidad del sujeto político o él influye para que haya esa situación determinada y aprovecha las posibilidades que le permiten el régimen político. O Como dijo Marx (1818-1883), el hombre crea su propia historia, pero no la hace toda, no la hace bajo las condiciones que pueda elegir libremente, sino bajo las situaciones que pueda encontrar.

Acordemos que el hombre hace su historia, no la historia. No elige las condiciones, las situaciones, pero puede cambiarlas si goza de las aptitudes: como carácter, conocimientos, experiencia; tiene un plan, con una estrategia bien pensada, goza de los recursos necesarios, cuenta con la cooperación de otros y con las técnicas necesarias, o por lo menos con una férrea voluntad.

Si se puede, por tanto, hacer nuestra historia a pesar de las circunstancias, si se puede cambiar el rumbo de las cosas, ubiquémonos en el terreno de la libertad, de toda posibilidad; alejémonos de los determinismos, alejémonos del: “no se puede hacer nada”. “De las condiciones me lo impiden”. Pero también se depende de los tiempos, de los momentos, por eso, con mucha antelación habría que construir las condiciones del éxito. La operación política es una construcción, no una reacción.

No habría que desconocer que los momentos especiales y específicos requieren de seres con grandes cualidades, estos hombres extraordinarios tuercen la historia hacia rumbos no bien deseados, solo habría que mencionar a Hitler (1889-1945), que fue capaz de cambiar la dirección de Europa y de gran parte de otros lares.

Situación crítica y político extraordinario potencia las posibilidades de salida deseable para la situación, pero también de un cambio de rumbo que podría traducirse en un mal para el régimen político, para el gobierno o para el pueblo correspondiente.

Ha habido suficientes experiencias en la historia humana. Desde luego, como lo hemos formulado en nuestro texto “La Operación Política: el Nuevo Príncipe”, nos pronunciamos más por un buen diseño institucional de la democracia más que por las cualidades extraordinarias de los gobernantes. El futuro de la estabilidad de los regímenes políticos será con base en el buen diseño institucional de la República Democrática Plurinacional. Por ejemplo, la construcción del régimen político de Rusia por Putin, de la manera más imperativa, utilizando los recursos de la violencia institucional, no puede producirse un escenario de buen gobierno democrático.

En un escenario de pérdida de la hegemonía de las ideologías, de la nueva influencia de las culturas, del fin de los metarrelatos, del reconocimiento de la existencia de diversas modernidades y no de la existencia de una sola modernidad. Por lo tanto, la no existencia de una sola teoría hegemónica del desarrollo de la humanidad.

Esto necesariamente hace surgir diversas situaciones muy concretas que requieren de políticos y de gobernantes con cualidades específicas. De aquí se abren las posibilidades del surgimiento de gobernantes que requieren de la solución de problemas específicos con gran apoyo de masas y de su manipulación que los analistas políticos han llamado populismo. Este ha sido consecuencia de la existencia de la diversidad de las sociedades y comunidades que requieren soluciones para no afectar la estabilidad de los regímenes políticos.

El llamado al engaño y a la manipulación del pueblo, a los de abajo, es una necesidad de los gobernantes. De la misma manera, responde al fenómeno de la globalización en la cual predominan los hechos económicos que necesitan de soluciones con independencia de los regímenes políticos. El único régimen con legitimidad de su existencia es el económico, que requiere de regímenes políticos de acuerdo a factores culturales. La cultura política a partir del control de las masas es una necesidad de la globalización.

Así, convertir a los ciudadanos en masas manipulables es una condición de los regímenes políticos de nuestro tiempo. La necesidad de convertir el diseño institucional alcanzado en el interés, en la voluntad, en las acciones y en el impacto en las masas como mecanismos de control político. Se ha señalado así, que la tendencia a un alejamiento general de lo abstracto, de valores universales como los de la democracia liberal y hacia una clara propensión a lo concreto, dio lugar a un movimiento orientado a apartarse de lo sistémico y a lo estructural para acercarse al sujeto, a lo único, a lo individual, como lo es el sujeto populista (Kershaw, Ian: 2023). No es extraño, ante la debilidad institucional de la democracia, en una situación dada, surja con gran potencial el individuo gobernante.

Esto es lo que está pasando.