Doce de julio, Día del Abogado
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Opinión

Doce de julio, Día del Abogado

 


 

El pasado día doce de este mes los abogados en Oaxaca, participamos en diversos eventos para festejar la fecha establecida para resaltar las bondades de haber obtenido el grado de licenciado en derecho que nos autoriza para ejercer como operadores de esta importante ciencia liberal que hoy, vinculada con otras actividades humanas especializadas, contribuye al mantenimiento del orden y desarrollo armónico de una comunidad organizada conforme a la Constitución.

Es una actividad especializada versátil en cuanto que dota de la capacidad de adaptarse con facilidad y rapidez a otras funciones, como son la política, el ejercicio libre del litigio, servidor público, en el sector privado o social, investigador o académico, e incluso para acceder al ejercicio de otras profesiones afines.

Muchos de los que estamos en ejercicio de la abogacía tuvimos la oportunidad de formarnos en la hoy Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca y concluir los estudios y obtención del título un poco antes del que cerrara sus puertas temporalmente en el año de 1968, bajo el esquema de un orden jurídico rígido donde se remarcaban los principios de la Supremacía Constitucional, los Códigos civiles y penales así como los incipientes procedimientos del contencioso administrativo, la jurisprudencia de la Suprema Corte publicada cada diez años y las garantías individuales.

En la actualidad, a partir de la reforma constitucional del Presidente Zedillo que dotó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación de su esencia como Tribunal de Control de la regularidad constitucional, adicionada en el 2008 y 2011 con las correspondientes a la justicia penal, evolución de garantías constitucionales a derechos humanos e innovación del juicio de amparo y de su ley reglamentaria, el orden jurídico nacional modifico la concepción tradicional de la rigidez por la flexibilidad que transformó la limitada visión de la rigidez por la flexibilidad del orden jurídico nacional que impuso de manera evolutiva y progresiva la concepción de los Derechos Humanos.

La oralidad y la trascendencia de los derechos humanos en todas las materias jurídicas, impulso que los estudiantes de la carrera de derecho se formen en esa visión y, a los que nos formamos en la anterior, a actualizar los conocimiento para incursionar en lo que es el derecho internacional de los derechos humanos, su observancia en México, los criterios de la Corte Interamericana de los Derechos Humanos y de la Corte Europea que implican que cada materia jurídica de orden penal, civil, administrativa, de derecho público o privado, ambiental, laboral, niñez, tercera edad, pacientes en salud, este impregnada por esos derechos con características adecuadas para su observancia y aplicación por parte de los operadores jurídicos. 

Ante ello, es necesario reproducir el pensamiento de alguno especialistas, acerca del autor de los mandamientos del abogado, el distinguido procesalista Uruguayo Eduardo J. Couture. El profesor Nelson Pilosof, dice, “Su existencia pareció presidida por la enseñanza de aquel pensador que nos indicó vivir con la convicción de que mañana mismo podemos morir”. De esas palabras, grávidas de sobrecogedor llamamiento, extraemos lo más puro de la personalidad del maestro. En una hora en que las bocas proclaman principios y las conductas los desvirtúan; en un mundo en que se exigen derechos, pero se rehúsa asumir responsabilidades; en una sociedad en la que hay oídos para el halago, pero no para la réplica, Couture nos habla de tolerancia, libertad, misericordia y amor. “Es que su postura ante el mundo y ante los hombres fue semejante a la del profeta. Habló con el lenguaje firme y expresivo de la conducta, por temor a que el silencio de las palabras pudiera diluirse. No exhortó: reclamó con amor el cumplimiento de los máximos postulados en los que creyó y por los que brindó bondadoso lo mejor de sus afanes”.

También Daniel Escalante expresa: “Como arte y política, ética y acción al mismo tiempo, consideró el doctor Couture a la abogacía: arte de las leyes, sustentado, antes que nada, en la exquisita dignidad de la materia confiada a las manos del artista; disciplina de la libertad dentro del orden; como constante ejercicio de la virtud; como constante servicio a los valores superiores que rigen la conducta humana; todas ellas contenidas dentro de la mayor diversidad de formas que ofrece el ejercicio profesional, y cada una de ellas con su propio estilo. Desde estos puntos de vista formuló Los mandamientos del abogado el doctor Couture; admirable decálogo. Cada uno de los diez mandamientos aparecen, dentro de las reducidas páginas de la obra adecuada, breve y, a la vez, profundamente desarrollados y puntualizados; por lo mismo, todos y cada uno son de diaria aplicación y de permanente vigencia durante la vida del abogado que ame su profesión.

Hoy es tiempo de retos y compromiso para nosotros los abogados que día a día transitamos en la búsqueda de un mejor estado de derecho en nuestro estado que trascienda en una procuración de procuración y administración de justicia apegada a los principios constitucionales y de los derechos humanos y un gobierno que impulse, con esa óptica, un desarrollo real en beneficio del pueblo de Oaxaca.

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