El pasado lunes circuló por la red el llamado “Documento orientador para las asambleas regionales”, con las que el Centro de Estudios Políticos y Sindicales (CEPOS-22), presuntamente da un informe de la situación que vive el país, pero básicamente los estados de Oaxaca, Chiapas, la Ciudad de México, Morelos, Puebla y Guerrero, a raíz de los sismos del 7, 19 y 23 de septiembre pasado.
No se trata de un documento que trate de despertar el espíritu solidario de los maestros y tomar nota de la reacción del pueblo mexicano y de otros países, a estos desastres, sino de orientar negativamente a su cuestionado gremio, para ver dichos sucesos como una coyuntura política, que permita seguir poniendo en el eje de la crítica y la descalificación al gobierno “neoliberal” y seguir arremetiendo en contra de la Reforma Educativa. Sólo de manera marginal el magisterio oaxaqueño –que no ha participado en labores de ayuda humanitaria ni nada parecido- dice sentirse comprometido con las causas del pueblo, poniendo en tela de juicio a las instituciones que sí han contribuido en las diversas tareas que entraña la ayuda humanitaria a la fecha.
A través de una serie de conceptos como “colectivos”, “comunalidad”, “identidad originaria” y otros, los ideólogos que le dan cuerda a los fanáticos que les siguen ciegamente, afirman participar en las labores de ayuda, poniendo en todo momento en tela de juicio, la gestión de las instituciones federales y estatales. La crítica está permeada por enfoques ideológicos rebasados hace muchos años, cuando todavía existía el mundo bipolar y no el mundo global de hoy.
El documento en cuestión pareciera ser un informe de la situación del país, a la luz no de una realidad lacerante como la que hoy se vive entre los damnificados, sino de una vista parcial, superficial y contaminada por la ideología. En ningún momento el magisterio mal llamado democrático, afiliado a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), asume un compromiso tácito con las tareas de reconstrucción o de su responsabilidad docente, sino todo tendiente a aprovechar el momento para seguir cuestionando la Reforma Educativa y lo que ellos interpretan como política neoliberal. Para quienes a menudo cuestionamos la acción magisterial, sólo podemos deplorar no sólo su insensibilidad sino su torpeza y fanatismo ideológico, reflejo de una supina ignorancia y un soterrado oportunismo.
Ajustes necesarios
Hasta septiembre, el décimo de la gestión del gobernador Alejandro Murat, no se pueden hablar de resultados, no obstante que fue uno de los ejes en los discursos de campaña del hoy ejecutivo estatal. En algunas áreas se percibe incapacidad, soberbia y megalomanía y no el trabajo sistemático que dignifica a un buen gobierno. En algunas columnas políticas de los medios locales, se ha criticado a placer al grupo de fuereños que llegó con Murat, dado que no conocen el estado ni tienen idea de sus problemas. Unos se andan placeando con la idea de ser tomados en cuenta para las candidaturas que se empezarán a perfilar en un par de meses. Ello no implica que estén ya enterados de todo lo que sucede en nuestra entidad. Hay razón pues de que los responsables de la seguridad pública, sólo se dediquen a nimiedades no a cumplir con el papel para el que fueron contratados. Existen asimismo funcionarios que no cumplen con el perfil para las áreas en donde fueron ubicados. Otros más, se han dedicado a realizar giras y giras por el interior del estado, sin más propósito que salir del encierro que son las oficinas centrales, ahora aprovechando la tragedia que se vive en la entidad.
Vale la pena recordar que en la presentación del Plan Estatal de Desarrollo, 2016-2022, el gobernador les leyó la cartilla a sus colaboradores del gabinete legal y ampliado, haciendo la advertencia de que se harían los ajustes necesarios para ir al ritmo de lo que Oaxaca requiere.
Un análisis reposado sobre lo que no ha funcionado daría muchas sorpresas. En efecto, hay cercanos que no le ayudan a su jefe, por el contrario, llegaron a los puestos a servirse de los mismos, instaurando cotos de poder o pequeños cacicazgos, compartidos con familiares, incondicionales y hasta amantes. Gracias a la velocidad con la que se transmiten los mensajes en redes sociales, nos hemos enterado del voyeurismo de algunas damas, que publican fotos desnudas, cuando se presume que cumplen tareas al interior de la administración estatal y no precisamente de modelos. Casos abundan de incompetencia e incapacidad; de falta de experiencia y formación profesional.
Cargos directivos o de otros niveles los han tomado en algunas instituciones educativas, personas que ni reúnen el perfil ni cuentan con antecedentes al respecto. Se han ganado los cargos a veces por compromisos ingenuos y torpes, no porque sean quienes aporten los resultados que ofreció el gobernador Murat Hinojosa.