Impulsar el emprendimiento vs regalar dinero
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Opinión

Impulsar el emprendimiento vs regalar dinero

 


Por Víctor Manuel Aguilar Gutiérrez

El emprendimiento es un modelo social y económico que tiene como propósito impulsar la creación de empresas. Se requiere de un producto, un servicio o un proceso innovador para que una iniciativa empresarial pueda ser comprendida como un emprendimiento. Por medio de la identificación de factores relevantes, se puede definir el emprendimiento como la iniciativa personal de idear, montar y poner en marcha una nueva empresa. Para este propósito, se requiere de educación, persistencia, motivación, contactos, habilidades en mercadeo y recursos de capital, así como de apoyo del Estado, de la familia y de la academia, en un contexto en el que se afrontan riesgos y dificultades tales como el desánimo, y la soledad. El espíritu empresarial es la fuerza interior del emprendedor que lo impulsa a lograr el objetivo de materializar su sueño de ser independiente económicamente, mediante la creación y puesta en marcha de su propia empresa.
El fomento al emprendimiento y a las vocaciones productivas regionales es la mejor estrategia de combate a la pobreza, porque se tiene como eje la creación de riqueza. La empresa es la célula que mueve la economía, la generadora de riqueza. La empresa es la generadora de empleos. La empresa genera salarios, renta, impuestos y legítima ganancia para los empresarios que tiene la habilidad de crear un producto o servicio y hacerlo llegar a un mercado, en pocas palabras vender.
El regalar dinero como estrategia de combate a la pobreza, resulta insostenible a largo plazo si no se acompaña de programas que promuevan el emprendimiento, la generación de empresa, así como el fomento y aprovechamiento de las vocaciones productivas regionales.
El Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem) fue creado en 2013 como resultado de la transformación del Fondo para el Apoyo a la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Fondo Pyme), que era operado por la Subsecretaría para la Pequeña y la Mediana Empresa de la Secretaría de Economía, que se heredó del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa y de la administración de Vicente Fox Quesada.
El Inadem, diseñaba y operaba las políticas públicas para apoyar a los emprendedores mexicanos a través de una gran variedad de programas, entre otros, el acceso al crédito de la banca comercial; la incubación, creación y constitución de empresas; el desarrollo de planes de negocios; el acceso a los mercados nacionales e internacionales; y apoyos específicos para el registro de marcas comerciales y el desarrollo de planes de mercadotecnia. En 2019, la actual administración pública federal desapareció al Inadem, pero no creó otros programas que apoyaran como lo hizo el Idadem y otros programas de fomento productivo. En su lugar se crearon programas como Jóvenes Construyendo el Futuro que se basan en prácticamente regalar dinero o como técnicamente le llaman “otorgar transferencias”.
Aun con sus carencias el Inadem operaba bien. Fue un buen programa que impulsó la creación de empresas. Es muy necesario reorientar las políticas sociales y darle vialidad a través de su estrecha vinculación con la política económica. La mejor política social es la política económica que deberá generar la riqueza (crecimiento económico) y la justa distribución de la misma (desarrollo económico).
En 1992, James Carville, estratega de la campaña electoral de Bill Clinton, señaló que éste debía enfocarse sobre cuestiones más relacionadas con la vida cotidiana de los ciudadanos y sus necesidades más inmediatas. Con el fin de mantener la campaña enfocada en un mensaje, Carville pegó un cartel en las oficinas centrales con tres puntos escritos: Cambio vs. más de lo mismo; La economía, estúpido; y, No olvidar el sistema de salud.
Este antecedente histórico, aplica íntegramente a nuestra realidad actual en México. En los tres puntos enfatizados, existe un descuido de nuestros gobernantes federales que puede provocar cambios inesperados en los siguientes procesos electorales. Estamos a unos días de que el presidente presente su informe ante el Congreso de la Unión, así como también de que se presente el presupuesto para el ejercicio fiscal 2022.
La frase de Carville, “Es la economía, estúpido”, resulta lapidaria. A unos días de que el gobierno federal presente su presupuesto, deberá contemplar en él la promoción de empresas de lo contrario el gobierno federal se verá afectado en el sostenimiento de sus programas.
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