Breves apuntes desde el Afrofeminismo
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Opinión

Breves apuntes desde el Afrofeminismo

 


A partir del encuentro de 400 mujeres negras de 32 países de América Latina y El Caribe realizado en República Dominicana el 25 de julio de 1992, se estableció la conmemoración del Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, fecha que nos convoca a una obligada reflexión sobre la deuda histórica que tenemos todas y todos por la reivindicación de sus derechos.
En nuestro país fue hasta 2019 que el Senado aprobó una adición al artículo segundo constitucional para reconocer a los pueblos y comunidades afromexicanas como parte de la composición pluricultural de la nación. Este tardío reconocimiento ilustra porqué las luchas de las mujeres afromexicanas presentan necesidades no diferentes, pero sí acentuadas en términos de sexismo, discriminación racial, pobreza, migración y violencias, ante lo cual las políticas públicas no han sabido responder con enfoque de género y de inter-seccionalidad.
Por primera vez en 2020, el Censo de Población y Vivienda incluyó al pueblo afromexicano, gracias a lo cual hoy sabemos que en territorio mexicano habitan 2 millones 576 mil personas que se autor reconocen como afrodescendientes, de las cuales el 50.4% son mujeres. Oaxaca y Guerrero son las entidades que concentran la mayor parte de esta población, particularmente en sus costas.
Con el objetivo de acercarnos a sus realidades y visibilizar los retos que enfrentan, desde la SMO organizamos el conversatorio “Visión Afrofeminista, Interseccional y Decolonial a la Vida Diaria”, donde tuvimos la oportunidad de intercambiar puntos de vista con Cristal Laredo Domínguez, especialista en cuestiones de Negritud y Afro-Feminismo; así como con la activista de los derechos de los derechos de las mujeres afrodescendientes y artista plástica Yuyé Hernández. Comparto algunas de las reflexiones más importantes derivadas de este enriquecedor encuentro.
Las mujeres afromexicanas han enfrentado su primera batalla desde el reconocerse a sí mismas, no como “negras”, ni “costeñas”, ni “prietas”, sino como herederas de una cultura ancestral, de hecho, cuna civilizatoria, que históricamente ha sido explotada, esclavizada, y violentada en sus derechos más fundamentales.
Por lo mismo, el trabajo de sensibilización sobre sus derechos humanos requiere una mayor intensidad, pues las vejaciones han sido tremendamente normalizadas. Les comparto algunos datos reveladores: mientras que la media nacional de analfabetismo es de 4.7%, en municipios con alta densidad de población afrodescendiente es de 18%, y en el caso de las mujeres la cifra alcanza el 19.6%. Si hablamos de población económicamente activa, la media nacional es de 62%, pero apenas llega a 48% en los pueblos afro, siendo tan sólo el 25% de ellas económicamente activas.
La sobrecarga en tareas de cuidados y las violencias que enfrentan también están exacerbadas. No olvidemos que la Costa oaxaqueña es la región de mayor violencia contra las mujeres. Esta es su mayor lucha, algo tan básico como el tener que proteger su vida e integridad.
Por otro lado, la hipersexualización que se ha hecho de sus cuerpos las hace más vulnerables en contextos urbanos a ser víctimas de acoso y violación. El estereotiparlas como mujeres “fuertes ante el dolor” y “aguantadoras”, ha provocado muchos abusos y daños a su salud, prueba de ello es la alta incidencia de casos de violencia obstétrica en mujeres afromexicanas. Cristal nos recordó que Marion Sims, considerado el padre de la ginecología, experimentaba con mujeres negras asegurando que ellas no sienten dolor.
De ese tamaño la normalización del racismo que ancestralmente han vivido, y que hasta ahora comenzamos a visibilizar. Dejo sobre la mesa la urgencia de incluir la Agenda Feminista de las Mujeres Afromexicanas desde las políticas públicas, así como la importancia de continuar estrechando redes de apoyo sororales, para reconocernos las unas a las otras, respetarnos y apoyar las luchas de todas. Por un México en el que se respeten los derechos de las mujeres afromexicanas, y en el que juntas abramos las oportunidades para que alcancen sus sueños.