Miss Universo y los Alebrijes

Durante la semana que termina, una señorita mexicana, chihuahuense ella, Andrea Meza, obtuvo el título de Miss Universo.

Este concurso de belleza tan gustado en amplios sectores de la población mundial, es la tercera vez que lo gana una mexicana.

Ahora bien, los puntos otorgados a las concursantes, se distribuyen por la belleza y medidas corporales fundamentalmente, pero también por la forma de portar el traje de baño, el vestido de noche, la inteligencia por las respuestas que da en varios temas y por el traje regional que porta.

En el caso, la señorita Meza lució un extraordinario traje, que los medios calificaron como un “alebrije”, y esa palabra se refiere a un “animal imaginario”, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua española.

Así las cosas, el trajecito en cuestión pesaba cuarenta kilos y estaba confeccionado de telas, plumas de ave, metales y lentejuelas y fue confeccionado por un artesano oaxaqueño, Avelino Roque, originario de Tuxtepec, Oaxaca, México.

Extiendo entonces mi felicitación a tan imaginativo artista, que contribuyó al triunfo de Andrea Meza.

Señalan los medios, que otro artista mexicano, diseñó el traje de la señorita Honduras, sin que hasta el momento conozca su servidor el nombre de ese otro artista.

Oaxaca es conocido mundialmente por la calidad de sus artesanías, y me viene a la memoria el diseño que por promoción del pintor e inolvidable amigo Juan Alcázar, se dio a zapatos tenis por el rumbo de Pinotepa Nacional, a un par de ese tipo de calzado que los artesanos locales pintaban con diseños propios y lo convertían en pieza única en el mundo, en tal forma que la empresa fabricante lo vendía en cosa de mil dólares USA cada par de estos.

A la fecha no se si el sistema siga funcionando, y me viene a vuela memoria que el primer pueblo que recibía estos pares para pintar en ellos un dibujo artesanal, fue Cacahuatepec. Si estoy equivocado, solicito corrección al público lector.

Es muy conocida también, la belleza de los trajes regionales oaxaqueños, cuyo diseño han “plagiado” en Australia y otras partes del mundo, por lo que es necesario que el Gobierno local y los gobiernos municipales, orienten y ayuden a los artesanos creativos a registrar y patentar su diseño para evitar dichos plagios.  

Yo también soy Pueblo.

Por allí nos encontraremos.