Autocuidado emocional, clave para el bienestar
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Opinión

Autocuidado emocional, clave para el bienestar

 


Muchas de las problemáticas sociales que afrontamos hoy en día, como las adicciones, las relaciones violentas, los embarazos no deseados, las enfermedades mentales, la discriminación, el machismo, la desintegración familiar, entre muchos otros, podrían ser evitados o cuando menos aminoradas con la práctica del autocuidado emocional. Cada vez son más las bases científicas en áreas como neurociencia, epigenética y desarrollo humano que demuestran el impacto de las emociones en la calidad de vida de las personas; y no sólo eso, sino la gran capacidad humana de transformar pensamientos y emociones educando a nuestra mente y guiando nuestras emociones para así transformar nuestra realidad.

De la misma forma en que niñas y niños reciben educación física como parte de la educación básica, así también de importante sería introducir una materia de igualdad de género y otra que les acompañara en el entendimiento de sus emociones. Desafortunadamente, esto aún es un tema que se suele menospreciar, siendo que las emociones bien pueden impulsar el desarrollo de las personas, pero también, paralizarlo.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión afecta a más de 300 millones de personas en el mundo. En México, este año pasó a ser la primera causa de discapacidad para las mexicanas, y ha sido catalogada recientemente como crónico-degenerativa. Pese a estos datos, su detección sigue siendo tardía en un 90% de las veces.

Para muchas personas, no es nuevo reconocer que la calidad de nuestras emociones juega un papel importante dentro de los factores que pueden volvernos susceptibles a desarrollar enfermedades como el cáncer, la diabetes, desórdenes metabólicos, enfermedades crónico-degenerativas, y otras tantas. La buena noticia es que cada vez más la medicina está reconociendo la importancia de las emociones en su tratamiento. Pero ¿por qué esperar a que el cuerpo nos muestre los desequilibrios emocionales que cargamos?

He leído varios artículos acerca de la importancia de hacer un cambio en la manera de concebir la propia emotividad en nuestras relaciones con nosotros mismos y las demás personas. Sabemos que en la sociedad patriarcal, a las mujeres se les ha estereotipado como emocionales, hormonales o histéricas, siendo que en realidad estar en contacto con las propias emociones es un signo de salud, no de enfermedad. Una emotividad bien manejada es una fuente de poder. Hombres y mujeres estamos sometidas a una presión constante por contener nuestras vidas emocionales, pero de muy distintas maneras, por ejemplo, a los chicos se les enseña a reprimir las lágrimas y a las niñas a suprimir el enojo. Es común que a los padres les cueste trabajo conectar emocionalmente con sus hijas e hijos y descarguen las mujeres esta responsabilidad. Somos seres bio-psico-sociales y el sistema patriarcal nos mandata roles y estereotipos que al final nos lastiman de distintas maneras.

A las mujeres se nos educa para el cuidado de los otros, pero no para el autocuidado. Nuestras necesidades las ponemos siempre al final. El Autocuidado Emocional es un camino de introspección que nos invita a conocernos para aceptarnos, valorarnos y amarnos incondicionalmente, requerimientos indispensables para establecer relaciones sanas y armoniosas con las demás personas.

Dentro de las acciones que desde la SMO hemos impulsado en este tiempo de confinamiento, han sido las cápsulas y Facebook lives con temáticas desde la psicología y la epigenética para el autocuidado emocional y prácticas como yoga y meditación, que ayudan a ejercitar aspectos de salud mental y emocional. Síguenos y ayúdanos a que lleguen a quienes necesiten de esta información. También les recomiendo leer autores como Elsa Punset y Joe Dispenza, entre muchas más. Les invito a pensar este concepto como un estado de bienestar o de equilibrio físico, mental y social. Revisemos cómo andamos en estos temas, y aprovechemos nuestro tiempo en invertir en la coherencia de mente, cuerpo y emociones.

 

@anavasquezc