Huelga en la UABJO
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Opinión

Huelga en la UABJO

 


Ya es inquietante la huelga que mantiene cerrada a la Universidad Benito Juárez de Oaxaca, desde hace cosa de treinta días.

Es lamentable que la histórica institución de cultura superior del Estado arrastre la cobija en forma por demás lamentable.

Desde la quiebra virtual en la que se encuentra, pasando por la ofensa de sus actuales alumnos hacia el pueblo de Oaxaca con bloqueos de calles, nuestra Universidad, debo decirlo, además de dar pena, lastima la memoria de alumnos como Benito Juárez y Porfirio Díaz, claro, cuando era Instituto de Ciencias y Artes, pero que no deja de ser la raíz misma de la cultura en nuestro Estado.

La simple colocación de la bandera rojinegra, deja mucho que desear en cuanto a la “simple” estética; me explico, se encuentran colocados a las puertas de los edificios de la Avenida Independencia bodoques voluminosos de plástico negro, tela y mecates, que echan a perder la belleza de la arquitectura, de nuestro edificio central, ASI como el del Instituto de Investigaciones en Humanidades, amén de otros en distintos rumbos de la ciudad.

Ese solo hecho, insisto, relativo a la estética, muestra la calidad cultural bajísima del alumnado y la poca importancia que los trabajadores dan al prestigio de nuestra UABJO.

El contraste con varias universidades privadas que prosperan, lastima.

El solo hecho de ver el campus de la URSE, que formaron los maestros que huyeron de la etapa populista de la UABJO hace muchos años, nos enseña que el camino que tomaron fue el correcto, y que el que transita la UABJO es el equivocado.

Simplemente en lo que se refiere a las colegiaturas van por el sendero equivocado, ya que en la UABJO no se cobra un centavo por estudiar, amén de la nula inversión en nuevos equipamientos y en la ausencia de presupuesto para la investigación, señalan, quizá, las causas de la situación por la que atraviesa la otrora máxima casa de estudios.

Además, vemos edificios abandonados como el que se encuentra en la esquina que forman las calles de Avenida Independencia y creo que Melchor Ocampo, que antes ocupaba el Tribunal de Justicia del Estado, para el cual no hay presupuesto, vaya, ni siquiera para amueblarlo.

Así las cosas, quienes estudiamos en ella, sentimos profunda tristeza y no sabemos bien a bien cómo ayudar, ya que los diferentes sindicatos que campean a la mala en la institución impiden todo acercamiento.

Si sumamos los hechos narrados, a la circunstancia presupuestal federal que estuvo a punto de reducir el subsidio en este año, y que se mantiene en el mismo nivel del dos mil dieciocho, es decir sin aumento, nos da la fotografía exacta de lo que está sucediendo.

El futuro se ve gris.
Yo también soy Pueblo.
Por allí nos encontraremos.