Con sus perros, Francisco Toledo (Ciudad de México, 1940-Oaxaca, 2019) tenía una relación peculiar. “Le gustaban mucho, le hacían compañía, pero no era como que él salía a pasear con sus perritos”. Aunque a Lola y a Xolo (una de más hembras que como otros repitió nombre) les tenía mucho cariño. Incluso es esta última la que figura en “todos sus grabados, en todos sus cuadros”. Xolo falleció hace 27 años en la que fuera una de las casas de Toledo en la ciudad de Oaxaca, la que ahora es el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB).
Después de ella llegaron Luna y Lola, otras xoloitzcuintles. Lola aún vive, dice Sara López Ellitsgaard, hija del fallecido autor y presidenta de la asociación civil Amigos del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) y del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (CFMAB), dos de los varios espacios que fundó el autor, activista y promotor cultural.
Además de los perros, Toledo tuvo algún tiempo a Laila, una cabra que le regaló uno de sus hijos y a la que se puede ver entre las más de 100 fotografías de la exposición “Ver a Toledo”, inaugurada este miércoles en el CFMAB.
Sonriente, como si les hablara a sus perros, mientras les comparte su comida o los abraza, así son varios de los instantes que reúne la exposición.
Con más de 100 fotografías que le tomaron diversas autoras y autores, así como su familia, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo abrió al público esta muestra en el día en que el artista de origen zapoteco hubiera llegado a los 84 años de edad, el 17 de julio. Aunque no solía ni le gustaba celebrar, la exposición póstuma es una forma de honrar su vida y legado.
Sara López Ellitsgaard y Fausto Nahum Pérez, director del Centro Fotográfico, cuentan que la exposición es una manera de reunir las miradas en torno a Toledo, quien también tenía múltiples facetas y a quien generalmente era complicado fotografiar.
Creo que va a ser muy interesante ver qué opinan las personas, tanto quienes lo fotografiaron como quienes visiten la muestra, porque justamente son muchas las personas que tomaron las fotos de la misma persona, te muestra diferentes formas de su personalidad, diferentes etapas. Hay muchas fotos que yo no conocía hasta hace poco que empezamos a pedirle a los fotógrafos que nos mandaran las imágenes. Pero cada quien tiene un recuerdo de cómo era el maestro físicamente y esto es muy bonito porque aquí se ve a lo largo de muchos años, casi toda su vida”, comenta Sara.
Fausto Nahum, quien también colaboró con el artista, detalla que son más de 20 autoras y autores los que integran está exposición y a cuyas imágenes se suman los retratos tomados por la familia, a fin de abarcar lo más posible la esencia y facetas del autor. “Intentamos meter fotos que no fueran tan públicas… Intentar tener las imágenes que no todos conocemos y como esas partes del maestro que nos sorprenden”.
Esta es la tercera exposición del ciclo que organizaron la asociación civil Amigos del IAGO y del CFMAB y que están en el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), en el IAGO y el CFMAB, y que se pensaron como celebración de su vida a casi 5 años de su deceso.
A casi cinco años de su muerte, ocurrida el 5 de septiembre de 2019, Pérez dice que la exposición y fecha de su cumpleaños provocan sentimientos encontrados.
Nosotros que seguimos trabajando aquí pensamos que su presencia sigue con nosotros, en ese aspecto no lo sentimos ausente, pero lo extrañamos”.
Para la familia, los últimos 17 de julio han sido complicados, pero también de alegría.
Por eso queríamos hacer el énfasis de las exposiciones en esta fecha que, al final del día, creo que alguien tan extraordinario que dio tanto a Oaxaca, pues hay que recordar todo lo que dio y que tenemos gracias a él, recordar lo bueno, no tanto las cosas como el día que ya no estaba aquí”.