Mediante la falsificación de documentos como títulos de propiedad o testamentos, se ha cometido la venta fraudulenta de propiedades, advirtió José Hernández Martínez, secretario de la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI).
Debido a la compra-venta fraudulenta de terrenos en diversas regiones del estado, en especial de la Costa, explicó que se necesita contar con los documentos que acrediten la posesión de la propiedad, pues en la mayoría de los casos son terrenos ejidales o comunales.
“Las escrituras que elaboran los notarios públicos deben de estar inscritos en el Registro Agrario Nacional para que puedan ser pequeña propiedad y puedan ser comercializados, de lo contrario son de los ejidos o las comunidades”.
Ante ello, y para garantizar la certeza de las operaciones, dijo que se necesita que todas ellas sean realizadas por profesionales que conozcan esta situación, pues los asesores inmobiliarios tienen estatutos y códigos de ética.
“Somos responsables de la elección de su patrimonio, entonces tenemos que cuidar mucho que no haya fraudes, cuidamos el dinero de ellos y que no vayan a ser sorprendidos; verificamos que la propiedad esté en orden, que sea la propiedad que se está vendiendo en cuanto a superficie”.
A fin de cuentas tenemos que estar regulados por la Ley de Extinción de Dominio, de lavado de dinero, y cuidar toda esa parte para una mejor operación de nuestros clientes, explicó.
Aunque no existe una cifra precisa del tamaño de los fraudes en la compra-venta de bienes inmuebles, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) estima que se realizan estafas en el sector por 600 millones de pesos anuales en el país.
En los últimos años, también ha repuntado la venta de asentamientos irregulares, “se da cuando hay invasiones de tierra: la parte invasora vende lotes a precios muy bajos y los entregan sin servicios porque no tienen autorización del Ayuntamiento. Es otra modalidad muy común que ocurre en la periferia de los municipios”.