Tras la propuesta del edil capitalino Francisco Martínez Neri de una declaratoria de emergencia sanitaria por la crisis de la basura en la ciudad de Oaxaca, autoridades ambientales han optado por guardar silencio.
Y es que han pasado tres semanas desde el cierre del basurero de la Villa de Zaachila, y todavía no concretan la compra de un lugar en dónde se pueda depositar la basura que se genera diariamente de la capital.
A través de un mensaje a la ciudadanía, el presidente municipal, Francisco Martínez Neri, pidió declarar emergencia sanitaria por el problema de la basura que vive la población.
La autoridad municipal pidió al gobernador priista Alejandro Murat solicitar la declaratoria a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y se garanticen los mecanismos que reduzcan los riesgos para la población, ante la crisis de los desechos sólidos urbanos.
Oaxaca genera aproximadamente 500 toneladas de basura al día, sumado a otras 300 toneladas de los 24 municipios conurbados a la capital y de la zona de Valles Centrales.
En calles y colonias, así como en el Centro Histórico se ha acumulado la basura, toda vez que los espacios alternos habilitados temporalmente por las autoridades ya fueron rebasados con la gran cantidad de desechos.
Sin embargo, tanto la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), a nivel federal, han evitado intervenir en la problemática que afecta a la ciudadanía.
Lo mismo sucede en el ámbito estatal, dado que ni la Secretaría de Medio Ambiente en Oaxaca, ni la Procuraduría local han efectuado acciones concretas respecto a la crisis de desechos en la ciudad.
Desde el pasado mes de septiembre, inspectores de la Profepa se apersonaron a un tiradero clandestino de CATEM habilitado sobre el playón del río Atoyac, no obstante, no clausuraron.
En cambio, comunicaron que “levantaron un acta circunstanciada por la agresión a inspectores federales; durante dicha visita de inspección los inspectores federales fueron acorralados y amenazados, por lo que para salvaguardar su integridad y evitar una posible agresión, se retiraron levantando el acta circunstanciada correspondiente”.
Derivado de ello y ante la falta de sanciones a los recolectores particulares amparados en dicho gremio, ahora habilitaron un segundo tiradero a cielo abierto a la altura de las bodegas de fruta del Mercado de Abasto.
