Derrumbes, bloqueos y constantes manifestaciones de poblaciones aledañas a la súper carretera Barranca Larga-Ventanilla, han ocasionado que el tránsito vehicular se vea afectado seriamente lo que ha generado retrasos significativos para viajeros, transportistas y comunidades locales que dependen de esta vía para su movilidad y abastecimiento de bienes esenciales.
A pocos días de que inicie la temporada vacacional de “semana santa”, los usuarios demandan atender la remoción de derrumbes y evitar que la moderna infraestructura sea rehén de organizaciones políticas y sociales que lesionan la comunicación entre la capital del estado y destinos turísticos como Puerto Escondido, Huatulco y Pochutla.
La moderna autopista ha sufrido múltiples derrumbes debido a las intensas lluvias que han azotado la región. Estos incidentes han provocado interrupciones en la circulación y han generado retrasos significativos para transportistas, turistas y habitantes de la zona.
Las precipitaciones han reblandecido los cerros en varios puntos de la autopista, ocasionando deslaves y la caída de grandes rocas que han bloqueado parcialmente la vía. Uno de los tramos más afectados se encuentra en las cercanías de San Vicente Coatlán, donde el lodo y las piedras han cubierto completamente algunos carriles, dificultando el paso de vehículos.
La autopista Barranca Larga–Ventanilla, inaugurada recientemente con la promesa de reducir el tiempo de viaje entre la capital y la Costa, ha visto interrumpida su operatividad en varios momentos debido a estos deslaves. Los transportistas que trasladan productos esenciales han reportado demoras en sus entregas, lo que afecta la economía de la región.
Los turistas que buscan llegar a destinos como Puerto Escondido, Mazunte y Huatulco también han sufrido retrasos, lo que ha generado preocupación en el sector hotelero y restaurantero. Algunos conductores han optado por tomar rutas alternas, como la carretera federal 175, aunque ésta también ha presentado problemas debido a las condiciones climáticas.
La Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar) ha expresado su preocupación por las pérdidas económicas derivadas de estos problemas, ya que el retraso en la entrega de productos impacta a distintos sectores de la economía regional.
Si bien se ha solicitado la intervención de la Guardia Nacional para garantizar la seguridad en la zona y agilizar el tránsito en los puntos donde se han registrado derrumbes, y hay bloqueos, la respuesta ha sido muy limitada.