La contingencia ambiental que se vive en Oaxaca por la contaminación de los ríos Salado y Atoyac, obedece a la descarga de aguas residuales a cielo abierto que realizan 77 localidades y municipios por donde recorren estos afluentes.
En el río Atoyac existen 39 municipios y 19 localidades que no cuentan con plantas tratadoras de aguas residuales y vierten sus desechos al afluente, entre las comunidades que más contaminan son San Francisco Telixtlahuaca, Villa de Etla, San Pablo Etla, San Jacinto Amilpas, Oaxaca de Juárez, Santa Cruz Xoxocotlán, entre otras.
Al realizar un recorrido por las colonias aledañas a la ciudad de Oaxaca, en varios tramos que corresponden del puente de San Jacinto Amilpas hasta la exGarita en Santa Cruz Xoxocotlán, se pueden observar varias tuberías de drenaje que descargan aguas negras en el río.
Lo mismo ocurre con el río Salado, desde Santa Cruz Amilpas hasta San Antonio de la Cal, donde incluso se han detectado sustancias dañinas para la salud humana derivado de los desechos que generan los hospitales que se encuentran en la zona norte de la ciudad de Oaxaca.
A pesar de esta situación, los campesinos que aún cosechan alfafa, maíz y otros productos de forraje, se ven obligados a utilizar aguas residuales para el riego de sus tierras.
En este afluente, de acuerdo con los estudios realizados por la empresa Wetlands de México y Asociados, existen 17 municipios y 2 localidades que vierten sus desechos en el río. Otro de los impactos negativos es la contaminación de los mantos acuíferos que en un futuro pudieran afectar los pozos profundos.
Urgen ecologistas salvar ríos
Nazario García Ramírez, representante del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO), dijo que es fundamental emprender acciones para que las autoridades cumplan con aquellas obligaciones constitucionales que prevén la promoción, el respeto, la protección y la garantía que todo humano tiene a disfrutar de un medio ambiente digno.
En tanto, el ambientalista Jorge Narváez Pérez, exhortó a cuidar y proteger los árboles en todo nuestro territorio, pero en especial en nuestra capital, así como ejecutar y operar los servicios necesarios para la prevención, control de la contaminación y el mejoramiento de la calidad del agua de los ríos Atoyac y Salado si en verdad se pretende su rescate.
