El mieloma múltiple reduce la esperanza de vida de las personas con cáncer de manera significativa, llegando a una supervivencia de 7 a 10 años.
En México, forma parte de las enfermedades que se tratarán con el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi), sin que tenga un fondo como otros padecimientos, y que requiere de un tratamiento costoso, de aproximadamente 300 mil pesos, tan solo en la primera línea.
Asociaciones benefactoras en materia de salud como Pro Trasplante de Médula Ósea, establece que dicho padecimiento puede producir insuficiencia renal, problemas óseos o infecciones frecuentes.
Especialistas explican que se trata de un tipo de cáncer de la sangre que afecta a las células plasmáticas, un glóbulo blanco que se localiza preferentemente en la médula ósea.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer que el mieloma múltiple representa el 1% de todas las neoplasias malignas y entre 10-15 % de las neoplasias hematológicas.
Además que, con base en las Guías Mexicanas de mieloma múltiple, esta enfermedad corresponde al 4-8% de los padecimientos hematoncológicos en México.
A nivel nacional, se estima que existen aproximadamente 5 mil personas viviendo con mieloma múltiple, y se diagnostican unos 2 mil casos nuevos cada año.
En el mundo, el mieloma múltiple se presenta entre los 55 y 65 años de edad; en México lo hace 10 años antes, de acuerdo con cifras oficiales.
El mieloma múltiple no es tan común como los cánceres de mama, colon, pulmón o próstata, pero se considera que es el segundo cáncer hematológico más común después de los linfomas no Hodgkin.
La supervivencia global de los enfermos con mieloma aumentó de 3 años en la década de los años 90 del pasado siglo, a 7-10 años en la actualidad.
Los síntomas del mieloma múltiple pueden variar y, en la etapa inicial de la enfermedad, puede no haber ninguno.
No obstante, cuando se manifiestan los signos y síntomas, estos pueden comprender desde dolor en los huesos, especialmente en la columna vertebral o en el pecho, náuseas, estreñimiento, pérdida de apetito, desorientación o confusión mental, fatiga, infecciones frecuentes, adelgazamiento, debilidad o entumecimiento en las piernas y sed excesiva, explican.
