Pese a las quejas de los asistentes a la edición vespertina de la Guelaguetza, dado que aún y cuando contaban con boleto, los organizadores no los dejaron pasar al Auditorio para presenciar el espectáculo dancístico, hasta el momento, la Profeco no tiene documentadas denuncias formales.
Y es que durante la última presentación del homenaje racial efectuado en la Rotonda de las Azucenas, varias personas reclamaron airadamente el que se les impidiera el paso a la sección A, aún y cuando tenían en su poder los tickets.
Sin embargo, el argumento de las autoridades encargadas del ramo turístico es que el sitio en donde se celebraba el 90 aniversario de la Guelaguetza, ya se encontraba al 100% de su capacidad.
No obstante, de acuerdo a gráficas de los fotoperiodistas que cubrieron el evento, dan cuenta que personal con playeras de la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado disfrutaban de los bailables desde cómodos asientos.
Cabe recordar que el cierre total de las puertas de las secciones C y D, en teoría gratuitas, se debió a que la gente en su mayoría habitantes de la ciudad de Oaxaca, no podían ingresar, debido a que los organizadores “estaban dosificando los accesos”.
La situación se repitió en la sección D, en donde ante un riesgo de “portazo” optaron por ya no dejar pasar nadie, incluidos a todos aquellos que buscaban afanosamente ingresar.
A su vez, la delegación de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) indicó que hasta el momento no había denuncias o quejas levantadas, por la venta irregular de boletos de la Guelaguetza o incumplimiento por parte de los organizadores.
Cabe señalar que a las afueras del propio Auditorio Guelaguetza un varón ofrecía los boletos para las secciones A o B, aún y cuando de acuerdo a la empresa Súper Boletos, todo estaba agotado.
El desaire
Quien no quiso ni regalados los boletos para la sección B en el palco oficial, fue Irma Bolaños, esposa del gobernador electo Salomón Jara Cruz quien rechazó amablemente la invitación a ingresar a la zona VIP y disfrutar del espectáculo.
Junto a sus hijas, optó por subir las escaleras e ingresar sin acompañantes, ayudantes y escoltas a presenciar la última edición de la Guelaguetza 2022.