Según datos de inteligencia de las autoridades federales que combaten el uso ilegal de las armas en México, el mercado civil de armas en Estados Unidos, se ha convertido en un auténtico arsenal para todo tipo de criminales violentos y extremistas que operan a lo ancho y largo de la República Mexicana.
En un mapa elaborado por las fuerzas de seguridad pública, se han identificado al menos cuatro rutas del tráfico de armas hacia el sur del país; la mayoría tiene como destino los países de América Central y Sudamérica donde existe la presencia de pandillas y grupos del crimen organizado.
Una de estas rutas denominadas del Pacífico inicia en la frontera de Estados Unidos, desde Tijuana, San Luis Río Colorado, Sonora, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, contrario lo que ocurre con el trasiego de drogas que se envía del sur al norte, las armas se envían de norte a sur ya sea por tierra o por las rutas marítimas que han marcado los grupos criminales.
La segunda conocida como el Centro incluye los estados de Chihuahua, Durango, Michoacán, Guerrero hasta el estado de Oaxaca, mientras que la tercera ruta conocida como el Golfo, se contemplan los estados de Coahuila, Tamaulipas, Veracruz y Oaxaca, en tanto la cuarta ruta conocida como Sur identificada por la Fiscalía General de la República (FGR), ubica únicamente los estados de Tabasco y Chiapas.
En los últimos años, estas armas que provienen de la Unión Americana han generado una serie de hechos violentos en las diferentes comunidades indígenas de Oaxaca, en donde existen disputas políticas, de grupos locales de la delincuencia o bien cuando se reactivan los conflictos agrarios que han dejado decenas de muertos con armas del uso exclusivo del ejército.
Tráfico ‘hormiga’ de armas
Las autoridades mexicanas informaron que no han detectado a ninguna organización del país o del extranjero que controle el tráfico de armas, sino a intermediarios que operan para ellos, lo que han calificado como un tráfico “hormiga” que llevan a cabo ciudadanos estadounidenses o residentes legales a cambio de dinero.
Además, se estima que cada día se introducen de manera ilegal alrededor de 2 mil armas a México para abastecer a los cárteles de la droga, la delincuencia organizada y común, y a millones de civiles que ven en su posesión una vía de defensa ante la creciente sensación de seguridad.
Durante la lucha que ha emprendido el gobierno de México a través de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), para la aplicación de la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, se ha identificado que las armas que ingresan al país de manera ilegal pasan de los Estados Unidos, ocultas en vehículos terrestres, las llantas de refacción, respaldo de asientos, orificios o puestos en las carrocerías.
