Bajo la sombra de un árbol, un módulo de vacunación para menores de seis años de edad se mantiene desierto en el Jardín Conzatti, frente a la Unidad Médica Familiar 01 del IMSS, donde una joven enfermera permanece sentada la espera de aplicar alguna vacuna.
Cerca del mediodía no hay personas que se acerquen con menores de edad. Apenas algunos se paran frente al módulo para leer lo que dice una pequeña lona colgada en la mesita de vacunación, donde se invita a la población a acercarse y completar el esquema básico de niñas y niños.
El intenso calor y los rayos de sol obligan a mover el puesto donde aún se mantiene la sombra, que también protege a otro módulo del IMSS que ofrece información de planificación familiar y tampoco muestra gran afluencia a pesar de estar adornado con globos amarillos.
Algunas mujeres se acercan a ambos módulos solo para preguntar qué ofrecen y cuánto tiempo más estarán, sin permanecer en estos más de un minuto.
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Otra enfermera llega al módulo de vacunación y toma asiento junto a la otra dama con uniforme, con quien conversa y pasa el tiempo frente a los recipientes que contienen jeringas, alcohol, algodones y las dosis que se mantienen intactas.
La ausencia de madres y padres con sus hijos en aquel puesto supone que la mayoría de menores de edad cuenta con todas las vacunas hasta este año, como la de rotavirus, neumococo y pentavalente. Las mismas que presentaron una baja cobertura en años anteriores y que ubicaron a la entidad en los últimos lugares del país en la protección a menores de edad contra estas enfermedades.
Decenas de personas pasan frente al módulo pero nadie se detiene. Algunas mujeres en compañía de sus hijos señalan aquel puesto mientras les aseguran que ahí los llevarán a vacunar si se portan mal.
Pórtate bien o aquí te traeré. Le diré a las enfermeras que te inyecten”, expresa una madre a su hijo mientras lo sostiene del brazo cuando este intenta correr hacia una de las jardineras.