A pesar de que el salario mínimo se establezca en 125 pesos para el próximo año, aún falta mucho para recuperar el poder adquisitivo de los trabajadores, señaló David Aguilar Robles, dirigente estatal de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC).
Admitió que aumentar a este nivel el salario mínimo a los trabajadores, los pequeños y medianos empresarios no aguantarán el golpe que esto significa, pues si bien el trabajador debería ganar al menos 200 pesos diarios para recuperar su capacidad adquisitiva, no se han dado las cosas.
Explicó que de acuerdo a un estudio socioeconómico para evaluar el aumento del salario, la propuesta como sindicato es de seguramente un 10%, para resolver más o menos la situación de la clase trabajadora.
Ponderó que haya un consenso entre empresarios, sindicatos y el gobierno, para llegar a un mutuo acuerdo que brinde el panorama para mejorar las condiciones económicas de los trabajadores.
Por su parte, Leonel Rojas Medina, dirigente de la Federación de Organizaciones Campesinas Obrero Populares de Oaxaca (Focopo), calificó de insuficiente la propuesta de incremento, pues se requiere de al menos 150 pesos.
“Las organizaciones sindicales no le apostamos a la marcha y al plantón, y sí a que se mantenga la plantilla laboral en las mejores condiciones, que los trabajadores tengan un ingreso fijo”.
Admitió que México tiene gran problema de salarios, porque no solo es el mínimo sino también el salario medio, porque aunque se ha logrado estabilizar la economía no ha logrado generar un cambio estructural que promueva el crecimiento económico y la productividad.
No solo es un tema de salario mínimo, es un tema general, es decir, la productividad y los salarios en México han estado rezagados durante los últimos 20 años, igual que el crecimiento económico del país.
Subrayó que una gran cantidad de contratos ya no se negocian en términos de salarios mínimos y, éste se pretendía que se convirtiera en una especie de piso mínimo pero sin afectar las condiciones laborales de los trabajadores porque la mayoría de ellos negocia libremente sus contratos a una tasa superior al mínimo.
Coincidieron que la reformada Ley del Trabajo beneficia a la clase trabajadora en donde los sindicatos deben cumplirla en los términos de modificación de los estatutos, actualizarlos para así evitar eventuales cancelaciones de gremios.
Asimismo, avalaron la rendición de cuentas de los sindicatos a sus respectivos afiliados, aunado la democratización de los procesos internos y las libertades de los trabajadores.