Por el alto contenido de azúcares y calorías de sus bebidas, por el uso desmedido de las aguas nacionales en sus procesos y por la contaminación que representan sus envases y actividad, la industria refresquera es señalada como la causante de varios problemas a la salud y al ambiente en el país, así como para el estado de Oaxaca.
El pasado 22 de marzo, en del Día Mundial del Agua, las organizaciones que integran la campaña “Oaxaca sin chatarra” expusieron que las bebidas azucaradas como los refrescos o los jugos “representan uno de los mayores riesgos para la salud pública a nivel mundial”.
Lo anterior debido que las bebidas azucaradas de esta industria propician el aumento de peso y la obesidad, así como diversos padecimientos asociados como la diabetes. Además de los daños a la salud, “la contaminación plástica derivada de los envases de estas bebidas representa otro grave problema ambiental”, expusieron en su pronunciamiento, al señalar que “gran parte de los residuos plásticos no se reciclan adecuadamente y terminan contaminando ríos, mares y suelos”.
Nasario García, del Colectivo de Organizaciones Ambientalistas de Oaxaca (COAO), también ha denunciado que el mayor problema para el estado es el de la insuficiencia de agua para el consumo humano. Sin embargo, considera que en la entidad “no hay sequía, lo que hay es saqueo”.
“Obviamente ya somos muchos”, dice el ambientalista sobre los 4 millones 308 mil 543 habitantes en el estado, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (Inegi). Sin embargo, refiere que el mayor gasto o desperdicio de las aguas nacionales se da en la industria refresquera.
Con “lo que se roban las empresas refresqueras y las que utilizan el agua como materia prima, se va a agravar más el problema (del agua)”, explicó, al tiempo de denunciar que en la entidad las leyes en materia ambiental no se aplican o falta reforzarlas.
De acuerdo con el Inventario nacional de fuentes de contaminación plástica (2023) de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), “en lo referente a la gestión de residuos, los estados de Veracruz, Chiapas, Oaxaca, Puebla y Guerrero presentan las proporciones más altas de residuos no recolectados, al igual que una gran cantidad de sitios de disposición no controlados”. Con excepción de Puebla, todos los demás sitios “están localizados en la costa, lo que genera un riesgo más alto de plásticos que pueden fugar directamente al ambiente marino”, explica el documento respecto a los riesgos derivados del uso de plásticos en industrias como la refresquera.
Recientemente, en su informe “El mundo de Coca-Cola con sus residuos” la organización internacional Oceana también advirtió del creciente problema medio ambiental derivado de esta industria refresquera en el mundo.
El informe de Oceana estima “que el uso de plástico de The Coca-Cola Company superará los 4,1 millones de toneladas métricas (9,1 mil millones de libras) al año para 2030 si la empresa no modifica sus prácticas”. Y que esto implica un aumento de “casi el 40 % con respecto al uso de plástico reportado por la compañía en 2018 y un aumento del 20 % con respecto al uso de plástico reportado más recientemente en 2023, que ya era suficiente plástico para dar la vuelta a la Tierra más de 100 veces”.
Oceana estima que para el 2030, habrá 602 mil toneladas métricas de envases de plástico de Coca-Cola en los ríos y océanos del mundo, una “cantidad de plástico podría llenar los estómagos de más de 18 millones de ballenas azules”.