El primer día de clases del ciclo escolar 2022-2023 fue de emociones encontradas, de correr para lograr entrar antes o en punto de las 8:00 horas. Y de pasar por un filtro sanitario, fundamental para el retorno seguro a clases presenciales a más de dos años de la pandemia de Covi-19.
Salimos temprano y llegamos a las 7:40”, contaba Asunción, abuela de un menor de la escuela Andrés Portillo. No faltó quien llegara unos minutos tarde y lograra ingresar; o se quedara afuera de la escuela mientras transcurría el homenaje.
Magaly, quien tiene a su hijo en el sexto grado debió salir muy temprano de su casa, pero incluso así no llegó a la hora que esperaba. Ella y otros tres padres de familia fueron asignados para apoyar en el operativo vial alrededor de la escuela.
Cuidar desde cuatro frentes la seguridad de las y los menores era algo que solían hacer antes de la pandemia, incluso en el pasado ciclo, con las clases híbridas. Pero ahora fue más pesado. El tráfico vial se normalizó e incluso aumentó.
Tan pronto dieron las 8:00, el timbre sonó y la puerta se cerró en esta institución del centro histórico de la ciudad de Oaxaca. “¡Es que vengo desde El Rosario! (San Sebastián Tutla)”. Una madre con su bebé en brazos y otra pequeña prendida de su mano se habían quedado fuera. “Espérese, ahorita le abren, una niña y su mamá acaban de entrar también”, le decían.
Para algunas madres, el camino fue complicado, especialmente porque en ellas recayó la responsabilidad de llevar a sus hijos a la escuela y, al mismo tiempo, cuidar a su bebé.
Madres y padres de familia dejaban dentro a sus hijos, pero se esperaban varios minutos para mirar por las rejillas o escuchar tras el portón el programa cívico. La patrulla y los agentes de vialidad municipal seguían con su operativo.
Adentro, cerca de 150 alumnos vestían los uniformes en color rojo y azul marino, y casi como parte de él, un cubrebocas. La escolta marchó con la bandera y el personal docente y administrativo, así como autoridades invitadas, cantaron el himno nacional. Minutos después, se daba paso al programa social, con la bienvenida del alumnado de primer grado, la música de fondo y los aplausos para animarlos.
¿Están contentos de regresar por fin a la escuela? ¡Sí! ¡No!” Las risas acompañaron el intercambio de profesor y alumnos en la explanada. “¿Cómo de que no?” La pregunta del profesor se repitió: “¿Están contentos de regresar por fin a la escuela?” Pero las respuestas fueron las mismas.
Estamos iniciando bien y los protocolos de salud están en la entrada, como nos marca la SEP”. Para Felipe Velasco, director de la escuela, este primer día se inició con el pie derecho y los alumnos que no se habían inscrito o reinscrito lo hacían durante la mañana del lunes. Pero aún esperaban a más.
En la primaria Basilio Rojas, el inicio fue similar al de la Andrés Portillo. Aunque bajo una modalidad híbrida: un par de días asiste la mitad del grupo y la otra durante otros dos días.
La hora de salida no estuvo exenta del tráfico y la necesidad de operativos viales por parte de tutores. En algunos casos, a quienes esperaban la salida de sus hijos se le sumaban vendedores de frituras, helados o dulces, como en la Basilio Rojas.
Aunque el inicio del ciclo escolar con clases presenciales se concretó en esta institución, a la misma hora seguían cerradas escuelas primarias como la España, en la colonia Reforma. La protesta de padres de familia que exigen clases presenciales se mantuvo mediante carteles pegados en la entrada.
Varias escuelas secundarias y de bachillerato también retomaron las clases presenciales. Sin embargo, otras más tienen programado el inicio del ciclo escolar para el 5 de septiembre.
