A un año de su partida, representantes de la iglesia católica aún recuerdan la labor incansable que realizó el “Obispo de los Pobres”, Arturo Lona Reyes, a favor de los más necesitados.
Lona Reyes, quien fuera Obispo Emérito de Tehuantepec, Oaxaca, falleció el 31 de octubre del 2020, un día antes de cumplir los 95 años de edad, esto por complicaciones de Covid-19.
“Fue un hombre fuera de tiempo, para mí fue un hombre de dios, hizo una labor muy singular porque tenía mucho tiempo que la iglesia católica no tenía un Obispo tan radical en el servicio a los más necesitados, él le gustaba vivir con los pobres y vivir pobre”, destacó el padre José Guadalupe Barragán Oliva.
El rector de la Parroquia de las Santas Felicitas y Perpetua de LA Arquidiócesis de Antequera Oaxaca, expuso que por la labor altruista que realizó el “Obispo de los Pobres “, durante su misión sacerdotal “se ganó la simpatía y antipatía de la gente y dentro de la iglesia a nivel nacional, pero él vivió su época como él la soñó”.
“Una anécdota que me recuerda mucho es cuando uno de sus compañeros de profesión nos comentó que solían ir de vacaciones a un pueblo como seminaristas, tiempo después como sacerdotes regresaron y se encontraron a un señor con el que habían platicado anteriormente y le preguntaron por Arturo Lona Reyes, y empieza a contar maravillas porque lo recordaba como un animador, artista, decía que era un payaso porque era muy alegre y fuera de serie, y cuando le dijo que él era, el señor se sorprendió”.
Por ello, el padre Barragán considera que desde sus primeros años como seminarista hasta su misión sacerdotal, Lona Reyes “se fue preparando para la misión que quería en la vida, él junto con Bartolomé Carrasco y el Obispo de Chiapas Samuel Ruiz, fueron los tres que se caracterizaron por apoyar y darle voz a los pobres”.
El sacerdote dijo que en sus tiempos el Obispo Emérito de Tehuantepec, siempre se mantuvo a nivel de pueblo, “rara vez se vestía con elegancia, en el ordinario siempre andaba muy humildemente, desde mi punto de vista el único detalle que considero es que radicalizaron un poco su lucha hacia los pobres, marginando en la práctica a los ricos, pero no debía de ser así porque la iglesia es de todos y para todos”, afirmó el padre Barragán.