Descrita como un mito o un relato de los pueblos originarios de Oaxaca, “Donají… La Leyenda” se volvió realidad en el auditorio Guelaguetza. En el cerro del Fortín, con un auditorio en penumbras e iluminado con el fuego de las antorchas, la historia de la princesa zapoteca y el príncipe mixteco cautivó al público este domingo.
En lo que fue la Rotonda de las Azucenas y desde hace unos años es un auditorio, el pasado y el presente se fundieron en el espectáculo. Los guerreros con antorchas descendieron de entre el público para transportarlo al siglo XVI, al año 1501, en el que se sitúa la puesta en escena del director Fernando Rosales.
86 actores en escena personificaron a los guerreros zapotecos y mixtecos, a las doncellas, al pueblo, al matrimonio de Pelatzilla y Cosijoeza, a Nucano y a Donají, de quien la leyenda destaca su sacrificio.
La unión de sus padres con fines de paz entre dos pueblos, su nacimiento y el significado de su nombre (alma grande), así como la profecía de su destino: el de sacrificio “por amor a su patria”, fueron relatados y recreados en una obra multidisciplinaria.

Derecha: La princesa zapoteca Donají y el príncipe mixteco Nucano.
La danza, la música y el vestuario que evocan los tiempos prehispánicos dieron pie a la escena sobre el enfrentamiento entre los pueblos zapoteco y mixteco, asentados en la actual Zaachila y Monte Albán. Y con lo cual inicia el trágico destino de Donají.
Tomado como rehén en el enfrentamiento de sus pueblos, el príncipe mixteco Nucano es cuidado por ella, quien se compadece de él y lo esconde. Ambos se enamoran el uno del otro. Y ya recuperado, Nucano le pide dejarlo volver con los suyos. Para entonces, el rey Cosijoeza sale de la capital de su reino, Zaachila, para negociar la paz con los mixtecos.
Pero estos, desconfiados, exigen como garantía a Donají, quien a partir de entonces debe irse a Monte Albán.
Es aquí donde se reencuentra con Nucano.

Sin embargo, en una nueva batalla entre los zapotecos, en la que los primeros murieron a millares, sus vigilantes la capturan cuando ella trata de huir y la decapitan.
Nucano se lamenta por el trágico desenlace y según la leyenda se vuelve un gobernante que cuida del pueblo zapoteca como lo hubiera hecho Donají.
La puesta en escena, basada en la leyenda, hizo de Donají una historia muy esperada. Y que como en otros años tendrá su octava el 23 de julio, en el mismo auditorio.