La madrugada de este sábado falleció en la ciudad de Oaxaca el teniente coronel músico José Ventura Gil, reconocido por aportes como la recopilación, arreglos y composición de los sones y jarabes de Betaza, de su natal San Melchor Betaza.
El fallecimiento del músico oaxaqueño fue confirmado por familiares, autoridades estatales y municipales del estado (como la Secretaría de las Culturas y Artes de Oaxaca), así como por agrupaciones musicales que tuvieron alguna vinculación con él y su obra.
“Con mucho pesar y dolor les comunicamos el sensible fallecimiento del Teniente Coronel Músico José Ventura Gil, la madrugada del día de hoy en la ciudad de Oaxaca, a sus 85 años; gran esposo, gran padre y abuelo y un músico excepcional que puso en alto el nombre de su tierra, San Melchor Betaza”, fue el mensaje difundido en la página de Facebook dedicada a recordar la labor del músico.
El teniente coronel músico nació en 1936 y desde temprana edad se involucró en la música. A los 8 años se integró a la banda que dirigía su padre, Gerardo Ventura Pérez. A sus 14 años, fue nombrado director de la banda de música municipal de Betaza. Poco después emigró a Estancia de Morelos, en la zona mixe, en donde formó una banda musical y empezó a aprender de la tesitura y a escribir sus primeras obras.
En 1957 se muda a la ciudad de Oaxaca para incorporarse a la Banda de Música del Estado e inscribirse en la Escuela de Música de Bellas Artes. En esta institución tomó clases de dirección con el maestro Diego Innes. En ese año compuso y recopiló los Sones y Jarabes de Betaza, apoyado por el también betaceño Ceferino González.
Esta forma de los sones y jarabes ha representado a Betaza en los Lunes del Cerro desde 1958, aunque la comunidad era parte de este evento desde los años 40.
Para este conjunto de sones, Ventura Gil y González escogieron las piezas más habituales de las mayordomías o fiestas patronales hasta integrar seis: cuatro existentes y dos de su autoría. También idearon los nuevos pasos y evoluciones, como se conocen en la actualidad, pues antes se bailaban “sueltos”.
“En 1957 se estrenaron esos sones abajo del laurel (en el zócalo capitalino) con la Banda de Música del Estado. Fue un 16 de julio, una semana antes del Lunes del Cerro”, recordaba el músico.
En 1962, Ventura Gil regresó a su región, donde su labor musical se enfocó en la transmisión de los conocimientos adquiridos. Recorrió los distritos de Villa Alta, Mixe y parte de la región Chinanteca, lugares en los que formó diversas bandas.
Años más tarde, en 1968, fue aconsejado por Amador Pérez Torres, autor del danzón “Nereidas”, para seguir su desarrollo en la capital del estado.
“Me dice: muchacho, tú tocas muy bien la trompeta, tú no debes estar acá, vete a las bandas militares a México”, contaba el teniente en una entrevista con EL IMPARCIAL en 2015 sobre el consejo de Pérez Torres. Fue este quien, en calidad de presidente municipal de Zaachila, le dio varias cartas de recomendación para que intentara ingresar a las diferentes dependencias militares.
Diego Innes, director de Bellas Artes y quien le enseñó a dirigir, también lo motivó para que ingresara a la milicia, pues si se quedaba en Oaxaca se iba a estancar y su talento sería desaprovechado.
Sin embargo, fue rechazado en la Marina y otras bandas, debido a su estatura: un metro con 55 centímetros, y el mínimo es de 1.60 m. Al no tener resultados positivos, desisistió, pero volvió meses más tarde y fue a la Secretaría de la Defensa, donde encontró a un exalumno de su padre, quien lo presentó con el jefe de la mesa de bandas militares.
Fue así como, ante los directores de las diversas corporaciones, mostró su talento y fue dado de alta como cabo auxiliar músico de tercera en la Banda de Música de la 2ª Brigada de Infantería (actualmente Banda de Música del Primer Cuerpo de Ejército).
Tal fue su desempeño que al jubilarse, en 1988, lo hizo con el grado de Teniente Coronel Músico, máximo grado que alcanza un filarmónico dentro de la milicia.
Por casi 80 años, José Ventura Gil se dedicó a impulsar la música en el estado, desde la composición, los arreglos o la dirección y creación de bandas. Entre las obras de su autoría están los sones: Betaylaga, Mujer betaceña, Amador Beristáin, El pollito, La tamalera, Tata Pancho y Mujer Villalteca. Asimismo, valses, marchas, boleros y pasos dobles; entre los que se encuentran: Nallely Donají, Te amo, Es tiempo de Oaxaca, Amor istmeño y Ya no pienses en mí.
SUS OBRAS
Betaylaga
Mujer betaceña
Amador Beristáin
El pollito
La tamalera
Tata Pancho
Mujer Villalteca
Nallely Donají
Te amo
Es tiempo de Oaxaca
Ya no pienses en mí