Luego de que las autoridades estatales decretaran una prórroga a la obligatoriedad de la verificación vehicular, la afluencia a los centros autorizados ha disminuido de manera considerable.
Y es que derivado de la creciente molestia ciudadana y fuerte crítica de la oposición, el gobierno estatal determinó prorrogar la entrada en operación de la Verificación Vehicular Obligatoria para el segundo semestre del año.
Algunos de los argumentos dados a conocer por la autoridad fueron: los establecimientos no entregan recibos fiscales, dado que solo hacen entrega de una simple nota de remisión y hay personas que se ofrecen a otorgar el certificado sin necesidad de la revisión presencial (coyotes).
No obstante, el esquema de obligatoriedad reiniciará en el 2025 bajo los estándares nacionales e internacionales, de manera eficiente y con una revisión puntual de los verificentros, amagó la autoridad ambiental.
La medida busca reorganizar el proceso y evitar generar mayor corrupción, toda vez que se tiene conocimiento que en algunos verificentros el servicio es lento e ineficaz, dado que se tardan hasta seis horas en pasar a revisar el automóvil.
Ahora, a raíz de la moratoria o suspensión temporal o prórroga establecida en la ley para cumplir una acción determinada o instituida por el gobierno del estado, la afluencia prácticamente se desplomó.
Ayer al mediodía, apenas si cuatro unidades de motor habían acudido a efectuar su verificación vehicular correspondiente al segundo semestre del año, principalmente para obtener el holograma y poder ingresar a la Ciudad de México.
En la breve entrevista con personal del establecimiento, relató que todo marchaba sobre ruedas con el tema del cumplimiento, pese a que los automovilistas se estaban quejando con los amagues de multas.
Y es que hace algunas semanas, las filas abarcaban hasta dos cuadras y con un tiempo de espera de hasta dos horas.
Pero, tras la determinación de la autoridad el interés de los propietarios de unidades de motor decayó de manera considerable.
Resalta que los propietarios de unidades de motor se quejaron del hostigamiento por parte de los policías viales, quienes habían desplegado ya, puntos de revisión de hologramas y entrega de “cartas de invitación” para cumplir con la verificación.