Sorteando los costos y para apoyar a la clientela, en la Villa de Etla una de las tortillerías, la Carmelita ha soportado 19.50 pesos el precio por kilo del básico, cuando en la ciudad y en comunidades aledañas el precio ha llegado ya hasta los 24 pesos.
De acuerdo con estadísticas del Índice Nacional de Precios al Consumidor, la tortilla en Oaxaca ha experimentado un incremento promedio de 6% en el último año, impulsado por carestía en harina, electricidad, gas y, ahora, la crisis hídrica que afecta a los Valles Centrales.
Aunque la falta de agua potable incide en la producción, esta empresa no ha aumentado el precio y lo mantiene, siguiendo el sentido con el cual nació en los años 70..
A diferencia de hace años, cuando los insumos eran menos costosos, ahora el trabajar la masa y sus insumos es más oneroso por el aumento en los productos.
En la ciudad de Oaxaca, así como en municipios conurbados, el kilo de la tortilla se encuentra en 24 pesos, pero en la Villa de Etla cabecera distrital, mantienen unos pesos menos, para ser apoyo en la necesidad de alimento de las familias.
Pablo Méndez, heredero de esta actividad que comenzó su padre, comentó que actualmente van subiendo las cosas y para muchos, el agua ha representado ya un gasto significativo en estos días de escasez de líquido.
Y es que, para trabajar a diario, una tortillería gasta un tinaco de agua de mil 200 litros, aproximadamente.
En la ciudad de Oaxaca, algunos trabajadores de estas empresas, comentaron que en todos los tiempos siguen comprando el agua porque en el centro de la ciudad, el servicio llega casi cada mes.
Mientras tanto, en el valle de Etla, todavía tienen disponibilidad de este recurso, por eso es menos la carga económica y una pipa les cuesta alrededor de mil pesos, entre 500 y 800 menos que en la capital.
Pablo Méndez indicó que les ayuda que el gas no ha incrementado como en años anteriores y eso, les hace mantener los costos.
También el maíz no ha subido en este año, como hace dos años que costaba unos 10 mil pesos, 20% más y por eso, el kilogramo lo mantiene en un mismo precio para evitar afectar a la gente que necesita de este producto de primera necesidad.
Pablo Méndez dijo que mantiene el sentido social con el que inició esta empresa desde hace varios años para apoyar a la gente.
Cuando suben los costos de los insumos, nosotros mantenemos el precio lo más que se pueda y no dejamos de trabajar ni un día del año”, dijo el empresario.
