El ciclo escolar que concluye hoy en Oaxaca ha sido el más corto de los últimos años, toda vez que la epidemia de Covid-19 obligó a que se perdiera al menos el 21% de su totalidad.
“Admitimos que el presente fue un ciclo escolar atípico e inédito en la historia reciente de nuestro país, pero como sección magisterial y en coordinación con autoridades educativas nos sumamos a la jornada de educación a distancia”, dijo el delegado de la Sección 59 del SNTE, Ricardo Mosqueda Lagunes.
Para el representante de más de 3 mil 500 trabajadores de la educación, el balance es positivo y los días de clase presencial, éstos fueron sustituidos por las actividades a distancia.
41 días de “educación a distancia”
Cabe señalar que del calendario escolar establecido por las autoridades educativas el cual consta de 190 días, en Oaxaca 16 días se perdieron por suspensión oficial y realización de Consejo Técnico y a esto se suman 20 días de receso escolar, es decir los alumnos oaxaqueños gozaron de 36 días sin clases.
Los alumnos tuvieron 154 días efectivos de clases en los más de 14 mil planteles del estado, a cargo de 55 mil trabajadores de la educación.
Sin embargo, con el inicio de la contingencia sanitaria, las escuelas se vieron obligadas a parar y despachar a sus casas a los estudiantes.
Así, los más de 900 mil alumnos de nivel básico a lo largo de 41 días no se pudieron parar a las instituciones educativas, derivado de la Jornada de Sana Distancia, para evitar los contagios masivos.
Replantear el aprendizaje
“La crisis no representó un cambio total en materia educativa, sino una coyuntura cuyos aprendizajes deben recuperarse, dado que la educación no se detuvo, solo se impartió en condiciones distintas”, enfatizó Etelvina Sandoval Flores, presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU).
Durante el foro denominado “Repensar y fortalecer el trabajo docente; Experiencias en la pandemia (Covid-19) y aprendizajes para el futuro”, Alberto Arnaut Salgado, investigador del Colegio de México, consideró que la crisis por la pandemia debe aprovecharse como un impulso para transformar a la escuela y disminuir desigualdades en el sistema escolar.
Resaltó que es fundamental fortalecer la infraestructura de las escuelas normales sobre todo en las áreas relacionadas con las nuevas tecnologías, pero no solo para que el futuro maestro se adueñe de los ordenadores, sino para que aprenda a usarlos en procesos de enseñanza-aprendizaje.
