En el marco del Día Mundial del Cáncer de Ovario que se conmemora este 8 de mayo, el gobierno a través de Servicios de Salud de Oaxaca (SSO) señaló que en 2023 se registraron 92 defunciones por esta causa de ese mal en Oaxaca, mientras que en 2024 la cifra aumentó a 124. Hasta la semana epidemiológica número 16 de este año se reportan 56 casos positivos.
SSO destacó que todas las mujeres están en riesgo, pero si el padecimiento se detecta a tiempo, existe una probabilidad de curación de hasta 90 por ciento. La mayoría de los tumores ováricos son benignos y pueden tratarse mediante cirugía; sin embargo, cuando son malignos pueden hacer metástasis y poner en riesgo la vida.
A partir de los 40 años, las mujeres deben acudir anualmente a revisión ginecológica para detectar de manera oportuna el cáncer epitelial de ovario, uno de los tumores más agresivos y letales si no se detecta a tiempo, que cada año afecta a más de tres mil mexicanas, de acuerdo al Instituto Nacional de Cancerología (INCan).
En la etapa inicial del tumor no hay síntomas o son mínimos e inespecíficos; esto dificulta el diagnóstico clínico, y a su vez ocasiona que entre 70 y 80 por ciento de los casos se identifiquen en fase avanzada, de acuerdo con información de salud federal.
Los SSO emitieron el llamado a mujeres para que acudan a las unidades médicas y se realicen una prueba de tamizaje gratuita que permita la detección oportuna de esta enfermedad.
Esta invitación se realiza particularmente a quienes se encuentran en el grupo de edad de 45 a 64 años o que presentan factores de riesgo.
La dependencia explicó que el cáncer de ovario es una neoplasia maligna que se desarrolla por la proliferación descontrolada de células ováricas, con capacidad de diseminarse a otras partes del cuerpo, como el peritoneo y los ganglios linfáticos regionales.
FACTORES DE RIESGO
Entre los principales factores de riesgo se encuentran: edad avanzada; antecedentes familiares de cáncer de ovario, mama o colon; vida menstrual prolongada (más de 40 años); ser portadora de los genes BRCA1 o BRCA2; no haber tenido hijos; tratamiento para infertilidad sin éxito (uso de citrato de clomifeno); y uso prolongado de terapia de reemplazo hormonal (más de 5 años).
Así como dieta alta en grasas o carbohidratos y baja en fibra; obesidad especialmente en la postmenopausia; estilo de vida sedentario; así como consumo de alcohol y tabaquismo.
Este padecimiento es el segundo cáncer ginecológico más letal, debido a que suele detectarse en etapas avanzadas. Sus síntomas más comunes incluyen: dolor abdominal o pélvico persistente, aumento del tamaño del abdomen o distensión, urgencia urinaria frecuente, sensación temprana de saciedad, cansancio excesivo, dolor durante las relaciones sexuales, sangrado posterior al acto sexual, dolor de espalda sin causa aparente.