Las consecuencias de la desertificación y la sequía en el estado de Oaxaca ha sido la pérdida anual de unas 18 mil 757 hectáreas de zona boscosa, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (Conafor).
Tan solo del 2001 al 2018, la dependencia federal identificó una devastación en la entidad de 337 mil 622 hectáreas, de los cuales el 67% obedece a cambio de selva a pradera, es decir, abarcó zonas tropicales correspondientes a 225 mil hectáreas.
Y el segundo factor, es de cambio de selvas a tierras agrícolas, con el 31% y que representa 106 mil 132 hectáreas las afectadas; el tercer punto es el 1% que corresponde de selva a otro tipo de tierras como desarrollo urbano.
La tasa de deforestación bruta de Oaxaca se mantiene como hace tres años y las zonas con mayor incidencia de deforestación son Istmo, Costa, Mixteca y Sierra Sur, reporta la Federación en el marco del Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía.
A su vez, el 23% de la zona deforestada corresponde a la Sierra templada (Encino-Pino), luego zonas de montaña y el 35% corresponde a zonas cálidos-húmedos y el 42% son selvas cálidas secas.
Precisa que la desertificación es la degradación de la tierra como consecuencia de actividades humanas tales como la deforestación, la explotación del agua, la agricultura y la ganadería.
Algunos de los efectos más visibles son la escasez de agua; eso provoca que las comunidades afectadas tengan menor acceso a este recurso, lo que dificulta su desarrollo.
Así como la imposibilidad de producir alimentos suficientes para la población o el ganado, por lo que ambos se ven afectados, la falta de agua pone en peligro la salud y con el tiempo, la región empobrecerá, expone.
CAMBIO DE USO DE SUELO, UNO DE LOS PRINCIPALES FACTORES
Datos del Sistema Nacional de Monitoreo Forestal (SNMF) revelan que la superficie del estado es de 9.3 millones de hectáreas y de éstas 6.2 millones son de corte forestal, mientras que 3.4 millones son de bosques de clima templado, encino y pino.
También otras 2.8 millones de hectáreas corresponden a selvas altas, medias y bajas, mientras que otras 18 mil hectáreas son de manglares, aquí medio millón de hectáreas corresponden a áreas naturales protegidas y 29 mil 351 hectáreas son de áreas estatales.
La deforestación es la pérdida permanente de la cubierta del bosque, implica el cambio de tierra forestal a un uso diferente y los factores que influyen son la inducción humana o la perturbación natural, sostiene Conafor.
La ONU en México reportó que el 55 % del territorio nacional presentaba afectación por erosión hídrica y eólica, por lo que lanzó un llamado a luchar contra la desertificación para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que implica la determinación para detener y revertir la degradación de la tierra.
De igual manera, la Semarnat expone que 44.9 % presentaba algún tipo de degradación: química, hídrica, física o eólica.
El mayor problema encontrado fue la pérdida de fertilidad, que se extendía a 92.7% de la superficie afectada, situación que se podía agravar por erosión hídrica o eólica, y casi la tercera parte de los suelos de Tlaxcala, Chiapas, Morelos, Tabasco y Veracruz padecía este problema.
Mientras que la contaminación, salinización y eutrofización se presentaron, principalmente, en Tamaulipas, San Luis Potosí, Chiapas, Nuevo León, Guanajuato, Sonora, Sinaloa y Zacatecas.
La Comisión Nacional del Agua a través del Monitor de Sequía, detalla que continúan las precipitaciones por arriba del promedio sobre el noreste, centro y sureste del territorio nacional, lo cual sin duda ayuda a las entidades en las zonas a mitigar los efectos de la ausencia de agua o sequía.
BAJA LA SEQUÍA EN OAXACA
Por ejemplo en Oaxaca, según el último reporte del Monitor de Sequía de México, durante la última quincena de mayo, el porcentaje de área con sequía de moderada a excepcional (D1 a D4) a nivel estatal fue del 46.98%.
Las estadísticas indican que 163 municipios del estado presentan un clima anormalmente seco, así como con sequía moderada (69) y con sequía severa (10), a su vez, no hay ningún municipio –hasta el momento– con sequía extrema y excepcional.
Y es que las lluvias registradas desde la primera quincena de mayo han ayudado a que algunas zonas de la entidad salieran de la sequía en la que se encontraban; sin embargo, en algunas otras como las del Istmo la situación se mantiene.