Una decisión médica apresurada en el Hospital General de Zona No. 1 “Dr. Demetrio Mayoral Pardo” del IMSS tuvo consecuencias devastadoras para una mujer embarazada y su hijo. El cual nació en su domicilio sin condiciones adecuadas de atención y sufrió daño neurológico como resultado.
El caso, ocurrido en abril de 2022, fue documentado en la Recomendación 67/2025 de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). En el documento se acreditan múltiples violaciones a derechos fundamentales por parte del personal médico del hospital. Entre las principales faltas se encuentran el alta médica precipitada, la falta de valoración adecuada, la negligencia obstétrica y actos de violencia verbal y psicológica hacia la paciente.
Un traslado obligado que derivó en una emergencia sin condiciones
La mujer, con 37 semanas de gestación, ingresó al hospital el 2 de abril de 2022 por presentar contracciones. Al día siguiente, fue dada de alta bajo el argumento de que no estaba en condiciones para el parto. Tuvo que regresar a su comunidad, ubicada a una hora y media del nosocomio. Donde sufrió la ruptura de la fuente y se vio obligada a dar a luz en casa, con la única asistencia de una partera.
El domicilio no contaba con equipo médico, incubadora, ni sistema de reanimación neonatal. Al presentar complicaciones, se solicitó una ambulancia. Sin embargo, al llegar al hospital, el recién nacido ya presentaba afectaciones neurológicas graves. Esto fue atribuible a la falta de atención inmediata y especializada.
Violencia obstétrica y maltrato institucional
La recomendación de la CNDH también documenta que durante su hospitalización, la paciente fue sometida a tactos vaginales sin consentimiento, y posteriormente, al regresar con su hijo, fue revictimizada por el personal médico. El cual emitió comentarios denigrantes y se burló de su situación. Incluso fue despojada de su alta médica previa. Con ello, configurando un caso claro de violencia obstétrica. Lo que vulnera los derechos a la salud, la dignidad y el trato digno de las mujeres gestantes.
Consecuencias para la madre, el bebé y la familia
El informe subraya que, además del daño físico y neurológico al recién nacido, se vio afectado el proyecto de vida de siete personas más. Es decir, el entorno familiar directo de la víctima. Estas afectaciones no solo son médicas, sino también emocionales, económicas y sociales, y reflejan fallas estructurales en la atención médica pública, en especial para personas que viven en comunidades alejadas.
Reparación del daño y exigencia de justicia
La CNDH solicitó al IMSS una reparación integral del daño que incluya atención médica prioritaria y vitalicia para el bebé, asistencia psicológica a las víctimas colaterales, y compensaciones económicas por los gastos derivados. También recomendó capacitar al personal médico en atención digna, empática y con perspectiva de género. Con fin de evitar que casos como este se repitan.
Aunque el Instituto no ha emitido aún una postura pública, la gravedad del caso obliga a repensar los protocolos de alta médica, particularmente en mujeres gestantes con factores de riesgo o barreras de acceso a servicios médicos.
Un sistema que abandona antes de parir
Este caso no solo refleja una negligencia individual, sino un patrón de omisión institucional en la atención a mujeres embarazadas, especialmente aquellas que provienen de comunidades rurales. La ausencia de perspectiva de género, la deshumanización en el trato médico y la subestimación de los síntomas son factores que ponen en riesgo la vida de las madres y sus hijos en zonas como Oaxaca.
En contextos donde el acceso al hospital puede tardar horas, cada alta médica debería evaluarse con rigor, no con prisa.