Autoridades agrarias de Asunción Nochixtlán responsabilizaron a las organizaciones Frente Nacional Indígena y Campesino (FNIC) y 28 de Octubre de invadir más de 20 hectáreas (ha) de tierra en una zona arqueológica de la comunidad mixteca.
En conferencia de prensa, el comisariado Felipe Ramírez Jiménez denunció que los presuntos invasores cobran a las familias hasta 25 mil pesos sin respetar los títulos de propiedad de más de 20 hectáreas.
Acompañado de otros habitantes de la comunidad explicó que la invasión de predios se ha efectuado en el paraje conocido como Pueblo Viejo del municipio enclavado en la Mixteca y cuyo sitio es considerado zona arqueológica.
Señaló como autores materiales a los simpatizantes de las organizaciones 28 de Octubre y el Frente Nacional Indígena y Campesino (FNIC), quienes presumen de la protección gubernamental.
Recordó que desde hace un año se han estado asentando los infractores, quienes han cometido un grave ecocidio en la zona donde hay vestigios, motivo por el cual, pidió la intervención urgente de las autoridades estatales y federales.
Nota relcionada: “Paracaidistas” invaden zona arqueológica en Nochixtlán
Dijo que los pobladores inconformes defenderán las tierras en caso de que el gobierno del estado no intervenga, no sólo para frenar la invasión sino para castigarla pues se sienten impunes.
Las personas paracaidistas no cuentan con ningún sustento legal de la posesión tras invadir, pero presumen de tener vínculos con los funcionarios de la actual administración, lanzó.
Demandó terminar con la invasión de más de 20 hectáreas de tierra en una zona arqueológica por parte de militantes de una organización política denominada 28 de Octubre y FNIC.
Primeramente, fue una superficie de 10 hectáreas; no obstante, con el transcurrir del tiempo, el área afectada se ha duplicado y ahora nadie los puede parar y no queremos que llegue la violencia, demandó.
Relató que hay un área arqueológica que actualmente es reconocida por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), pero los líderes de las organizaciones mantienen en la zona a ciudadanos de escasos recursos para que las autoridades no los desalojen.
