Tres vías federales con deslaves constantes
Súper a la Costa, la Oaxaca-Cuacnopalan, carretera a Ixtlán y al Ismo, las más afectadas
La súper carretera a la región de la Costa Barranca Larga-Ventanilla es una de las más afectadas por las intensas lluvias que se han registrado en la zona de la Sierra Sur y lo cual ha provocado derrumbes en la vía rápida.
A lo largo de las últimas semanas, cuadrillas de Caminos y Puentes Federales (Capufe) han tenido intensa actividad en la vía rápida 175-D en el tramo Barranca Larga-Ventanilla a la altura del kilómetro 50.
De igual manera, la Policía Vial del Estado reportó afectaciones pasando el tercer túnel de la autopista la Costa, en donde la vialidad se vio impactada por las fuertes precipitaciones pluviales y deslaves.
Por algunos momentos, el tránsito en la zona se torna lento dado que se reduce a un carril en lo que maquinaria pesada libera la vía de comunicación y se reestablece el tráfico tanto a la Costa como a la capital del estado.
Asimismo, los agentes viales informaron sobre el derrumbe en la carretera 190 en el tramo Tlacolula-El Camarón, ruta Oaxaca-Tehuantepec, en donde grandes piedras obstruyeron la vialidad.
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También se registró otro derrumbe en la carretera 182 en el tramo Teotitlán de Flores Magón-Huautla de Jiménez, en donde maquinaria trabajaba en la zona, a fin de normalizar la circulación vehicular.
Y otro derrumbe ocurrió en la carretera 175 en el tramo Oaxaca-Ixtlán a la altura de la población de Tierra Colorada en el kilómetro 195, para lo cual se habilitó un carril de circulación.
Durante dos días, se han registrado intensas lluvias y neblina constante en algunas regiones, situación por la que, autoridades viales han recomendado circular con extrema precaución.
Hace apenas unos días en ese punto a la altura de la Cumbre Ixtepeji, los automovilistas reportaron el desgajamiento del cerro, cuyas piedras, lodo y agua obstruyó la vialidad federal por varias horas.
Transportistas dieron cuenta a través de redes sociales sobre los impactos a esta carretera a la Sierra Norte por las constantes precipitaciones pluviales, mismas que se suman a los daños por incendios forestales en la región.
