Al reconocer que en la ciudad de Oaxaca sí se resienten los efectos de la gentrificación turística (que abarca la transformación de la urbe con el incremento de negocios y espacios destinados a visitantes, y por ende el aumento del costo de vida para habitantes locales), la secretaría de Fomento Turístico municipal consideró que aún se vive un “contexto saludable” en cuanto a capacidad de servicios.
Norberto Ángel Osorio, titular de la dependencia, señaló que ante estos efectos el ayuntamiento ha abordado los problemas a través de foros, como los que organizó en los últimos meses la Secretaría de Obras Públicas para reflexionar sobre la turistificación y gentrificación.
El balance de esos conversatorios es que, efectivamente, estamos en una circunstancia en (la ciudad de) Oaxaca en donde hay efectos de turistificación. Pero afortunadamente todavía tenemos un contexto saludable, favorable, donde no estamos siendo arrasados o avasallados por este fenómeno internacional”, dijo el funcionario, quien consideró que la ciudad debe aspirar “a un turismo no masivo, no tan intrusivo”.
Sobre la afluencia turística de los últimos años, Osorio explicó que Oaxaca de Juárez está recuperando los niveles de visitantes previos a la pandemia, por lo que hay “un rango saludable, todavía, respecto a la prestación de servicios, la capacidad de albergar a todos estos visitantes y el impacto que generan”.
Contrario a la percepción de Osorio, activistas como Carlos Morales han señalado que ante la escasez de agua potable que viven la capital y zona metropolitana, el problema por la disponibilidad de este bien se agravará en la próxima temporada vacacional, en la que el estado realiza el programa “Julio, mes de la Guelaguetza”.
Recientemente, la representación en México de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, también reconoció que ciudades y sitios patrimonio como Oaxaca de Juárez se enfrentan a la sobreexplotación turística, parte de lo que abarca la turistificación. Asimismo, efectos de esta como la gentrificación.
No vamos a tener los recursos para aguantar esta carga de gente que viene”, advirtió Carlos Morales.
Gualberta Rodríguez Santos, presidenta de la Asociación de Hoteles y Moteles delegación Oaxaca, reconocía el pasado mes de mayo que debido a la crisis del agua, principalmente en el servicio público, los hoteles se han visto obligados a comprar más agua con los piperos.
Antes, dijo, el servicio público de suministro de agua por parte del estado era mayor. “Sí comprábamos pipas de agua, pero no tanto; y las comprábamos a 800 pesos, una de 10 mil litros. Ahorita, 1,800 o 2,000 pesos”.
En el artículo “Turismo en México se enfrenta al reto de la Sostenibilidad” (2017), especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) señalan que “promedio consume a diario unos 150 litros de agua, un turista utiliza entre 350 y dos mil 500 litros al día por las actividades asociadas a su visita”.
Aunado a la problemática del agua, por cada temporada turística el ayuntamiento ha estimado que diariamente incrementa la generación de desechos en 40 toneladas en promedio.
