Mayra, artista y profesora que nunca deja de aprender
Oaxaca
La Capital Los Municipios
El Imparcial del Istmo El Imparcial de la Costa El Imparcial de la Cuenca
Nacional Internacional Súper Deportivo Especiales Economía Estilo Arte y Cultura En Escena Salud Ecología Ciencia Tecnología Viral Policiaca Opinión

Oaxaca

Mayra, artista y profesora que nunca deja de aprender

El arte “te conduce a observar, a sentir y a conectar con otros a través de lo sensible”


Foto: Lisbeth Mejía Reyes // Mayra Cruz Díaz, docente en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo.
Foto: Lisbeth Mejía Reyes // Mayra Cruz Díaz, docente en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo.

Mayra Cruz Díaz es una artista y docente originaria de Oaxaca de Juárez. A sus 29 años de edad, lleva seis dedicados a la docencia y en los últimos meses al frente del taller de grabado en el Taller de Artes Plásticas Rufino Tamayo.

Egresada de la Escuela de Artes Plásticas y Visuales de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), desde 2018 empezó a impartir talleres en su estudio, a través de clases personalizadas. En el Tamayo, son ya seis meses en los que está a cargo de un taller.

Aunque de estudiante se había planteado ser docente en un futuro, las oportunidades se le han presentado más pronto de lo que imaginó. “Me encanta el grabado y me gusta compartir con la gente que quiere aprender”, cuenta desde el interior de lo que fue la Alhóndiga de Antequera, inmueble que alberga al Tamayo.

Ser docente, explica, es no solamente una actividad para enseñar o compartir sino que implica mucho aprendizaje.

Nunca dejas de aprender de los demás, de las personas con las que coincides. En lo personal, es el oficio lo que nos hace coincidir en esto, poder compartir nuestra experiencia a través de los años o del grabado, que es lo que nos motiva, es conocer el pensamiento de otras personas afines a ti o con otras ideas”.

En este camino de la docencia, considera que el proceso de enseñanza -aprendizaje está muy relacionado con las “cosas de la vida”, por lo que “la pasión que uno ha tenido por aprender o profundizar en ciertos temas te hace consciente de los procesos, de cómo hacer las cosas”. Por eso, “cuando alguien viene con las mismas ganas que un día tú tuviste de aprender, se siente muy chido, es verte reflejado en el otro en el otro y poder aportar un granito de arena en esta formación que todos llevamos”.

Pero dedicarse a la docencia requiere también de mucha entrega, pues no solo se trata de las horas de clases en el taller sino el dar como persona, “compartir mensajes que te han dado otros maestros o que has aprendido en esta trayectoria y eso enriquece a las personas que van empezando este proceso”.

Así como ella funge ahora como docente, también fue alumna y tuvo a “excelentes maestros”, entre quienes menciona al japonés Shinzaburo Takeda.

Mi maestro de la especialización de grabado fue Shinzaburo Takeda. Quien también ha compartido mucho de su saber es el maestro Enrique Gijón (director del Tamayo). He tomado talleres en el Centro de las Artes de San Agustín y otros para especializarme. He coincidido con grandes personas y me han alentado siempre a seguir”.

Para Mayra, las artes son parte de un interés creativo que tienen todas las personas, de la que solamente se requiere incitar y darse el tiempo para explorarla. “Es una parte integral del ser humano, te hace sensible a ciertas cosas, te conduce a observar, a sentir y a conectar con otros a través de lo sensible. Es también una búsqueda espiritual, buscas nutrir un camino menos tangible, son quizá aprendizajes más profundos”.


aa

 

Relacionadas:

--------------------------------------
---------------------------------------