Miedo, discriminación y acoso, las cargas de la mujer migrante
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Miedo, discriminación y acoso, las cargas de la mujer migrante

Sufren violencia e intimidación de los mismos acompañantes; cada nueva ciudad es una angustia


Foto: Archivo El Imparcial // Enfrentan mujeres migrantes violencia, discriminación y acoso en su travesía.
Foto: Archivo El Imparcial // Enfrentan mujeres migrantes violencia, discriminación y acoso en su travesía.

Una joven de piel morena y cabello recogido en chongo sostiene en brazos a un bebé a un costado de la Avenida Independencia, mientras pide dinero cuando el semáforo se pone en rojo.

A unos metros, en el Jardín Morelos, otras niñas y mujeres descansan dispersas para tomar alimentos, acompañadas de hombres jóvenes que realizan juegos de manos para sortear pantalones o camisas que alguien les ha regalado.

Procedentes de Venezuela y Nicaragua, decenas de menores con sus madres esperan en el lugar; una de ellas embarazada de siete meses, asegura que cada viaje es de incertidumbre, porque no sabe en qué lugar y en qué momento nacerá su bebé.

Yo vengo sola con mi hijo; tiene tres años y ya viene su hermanito. Así nos tocó y a darle”, expresa la joven mujer que huye de la violencia de Venezuela, acompañada de otras dos mujeres mayores, cubiertas de cobertores por el frío que aún se dejaba sentir entre los árboles,

Algunas más coinciden en que las más jóvenes, sobre todo adolescentes, han sufrido acoso durante su paso, tanto por los mismos migrantes que se encuentran en el camino, como de aquellos que en las ciudades las ven solas y les proponen irse con ellos a cambio de dinero.

Sí es peligroso y sí nos da miedo, pero qué más podemos hacer. Muchos nos critican porque cargamos con nuestros hijos, pero prefiero llevarlos conmigo a que se queden”, destaca otra mujer migrante.

Como si el solo hecho de decir su nombre las pusiera en riesgo a pesar de estar a miles de kilómetros de sus países, varias señalan que ser mujer migrante es más difícil que ser hombre.

Temes que pueda pasarte de todo. Claro que te enfrentas a todo. Somos discriminadas y muchas vivimos en la constante angustia de lo que podría pasarnos a nosotras y a nuestros hijos en el camino. Nos da miedo que nos maten o nos violen”.

En el Jardín Morelos, donde todos los días se concentran mujeres y hombres migrantes de distintos países, los comerciantes de la zona reconocieron que el flujo ha disminuido en los últimos días, pero la constante preocupación es que en el andar ven a más mujeres con sus hijos e hijas.

Yo veo que algunas niñitas van acompañadas de muchos hombres; la verdad yo siempre me pregunto si por ahí anda la mamá o si hay alguna mujer que las cuide, eso me preocupa mucho”, expresó Daria, vendedora de un puesto semifijo del lugar.


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