Barrenderos, noble ejército que embellece la Verde Antequera
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Barrenderos, noble ejército que embellece la Verde Antequera

Desde las 3:00 horas, los barrenderos toman sus varas de otate y sus carritos con tambos para embellecer las calles capitalinas


Fotos: Luis Alberto Cruz / Con una antigüedad de dos años en el área de jardines, la psicóloga Irma limpia el Centro Histórico de la Ciudad, desde la 5 de la mañana junto a los demás barrenderos
Fotos: Luis Alberto Cruz / Con una antigüedad de dos años en el área de jardines, la psicóloga Irma limpia el Centro Histórico de la Ciudad, desde la 5 de la mañana junto a los demás barrenderos

Por las colonias populares que rodean la Zona Metropolitana de Oaxaca (ZMO) se escucha el cantar de los gallos y con ello, en las calles y avenidas de la ciudad capital comienzan las actividades diarias de las y los ciudadanos que habitan en esta gran urbe con más de 800 mil habitantes.

En el corazón de la Verde Antequera, un ejército de trabajadores de limpia comienza a desplazarse hacia el Centro Histórico, algunos caminando, otros en vehículos y la gran mayoría montan sus bicicletas con la distinción de sus chalecos naranjas, verdes fosforescentes, guindas o cafés para distinguirse a la distancia durante las primeras horas de la madrugada.

Las y los primeros en tomar sus varas de otate y sus carritos con tambos para embellecer las calles y los jardines del municipio capitalino son las y los barrenderos que se distribuyen por las principales colonias y las zonas de mayor afluencia de visitantes de la ciudad de Oaxaca, considerada como un lugar 100% de vocación turística.

 

24 años limpiando la ciudad

Don Justino, es uno de los barrenderos con mayor antigüedad que recorre diariamente el primer cuadro del Centro Histórico, su actividad para barrer y limpiar las calles de la ciudad, inicia a las 03:00 horas, por la madrugada.

En los 24 años de experiencia, ha vivido los cambios, movimientos sociales, pandemia y ahora la crisis de la basura que se vive en la ciudad de Oaxaca con el cierre del basurero municipal de la Villa de Zaachila.

Tengo 24 años trabajando en el área de barrido, antes trabajaba de albañil, pero la misma necesidad de tener un trabajo más seguro me trajo por acá, antes no había muchos barrenderos, cuando mucho éramos como 50, ahora ya somos más de 800 porque algunos compañeros y compañeras están asignadas a otras áreas como panteones y jardines”.

A don Justino le tocó vivir en este trabajo el conflicto social del 2006, cuando las calles se llenaron de barricadas, camiones quemados y un sinfín de materiales que inundaron la vía pública por los enfrentamientos que sostenían manifestantes y elementos policiacos.

Hemos pasado muchas cosas, tal vez lo más fuerte fue la pandemia por el Covid-19, teníamos que trabajar porque nuestra labor es esencial, por esa enfermedad se fueron muchos compañeros, aunque nos dieron nuestros equipos de protección no se podía evitar los contagios, en lo más fuerte de la pandemia fallecieron unos 20 compañeros de los que conocí”.

Expuso que los contagios eran inevitables, pues la misma ciudadanía no tiene una educación ambiental para la separación de los residuos orgánicos e inorgánicos, mucho menos de los desechos considerados como de manejo especial tales como los medicamentos.

Encontramos de todo y revuelto, en esta zona que me toca me encuentro jeringas, pañales, vasos, bolsas, de todo un poco y cuando hay fiestas o alguna manifestación, la cantidad de basura aumenta”.

Con la emergencia sanitaria aún activa, los trabajadores de los Servicios Municipales del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez tuvieron que enfrentar otro obstáculo con el cierre del basurero municipal.

Nunca se había visto un problema de la basura, así como lo que vivimos, pero empezó con el presidente anterior y a Neri le tocó lo más fuerte, se llenó el tiradero y ya no hay dónde tirar la basura, ahora dicen que ya están buscando, ojalá pronto haya un nuevo lugar porque como quiera a nosotros también nos afecta esta situación porque de repente nos paran y nos dicen que no hay dónde tirar la basura y de ahí hasta nuevo aviso”, dice Don Justino.

 

Izquierda: “Cuando termine la maestría no voy a dejar este trabajo, por la tarde me da tiempo de hacer otras cosas y podría ejercer mi profesión”: Irma, Psicóloga Especializada en Atención a Niños en Materia Educativa. Derecha: “Tenemos que cuidarlo y hacerlo con mucho cariño porque en estos tiempos y situaciones que vivimos, ya no hay mucho trabajo”: Juan Antonio Jiménez Cruz.
Izquierda: “Cuando termine la maestría no voy a dejar este trabajo, por la tarde me da tiempo de hacer otras cosas y podría ejercer mi profesión”: Irma, Psicóloga Especializada en Atención a Niños en Materia Educativa.
Derecha: “Tenemos que cuidarlo y hacerlo con mucho cariño porque en estos tiempos y situaciones que vivimos, ya no hay mucho trabajo”: Juan Antonio Jiménez Cruz.

 

“Nos encomendamos a Dios”

Para los barrenderos, el tiempo es de vital importancia, por lo que en medio de la madrugada deben apresurarse para embellecer las calles, ya que una vez que aumenta el flujo vehicular la labor se vuelve más riesgosa.

Desde que llegamos le damos con todo, pero lo malo de esto es que cuando ya limpiamos algunas cuadras, la gente viene a dejar sus bolsas, no se esperan que pase el camión recolector y eso es lo que más nos complica el trabajo, luego pasan los borrachitos o los perros y rompen las bolsas, por eso a veces vemos que de nuevo las calles ya están sucias, otro de los problemas es que cuando ya hay muchos vehículos circulando corremos más riesgos de ser atropellados, a muchos compañeros los han atropellado”.

La inseguridad es otro de los temas que preocupa a los barrenderos, por lo que todos los días antes de salir de casa, así como don Justino, “nos encomendamos a Dios, muchos salen de casa y ya no regresan, a veces sí sentimos miedo, a veces nos toca ver asaltos y hace uno que no ve, no se mete uno en problemas porque uno anda diario acá y esos cabrones te ubican”.

 

Un trabajo noble

Para Irma, con una antigüedad de dos años en el área de jardines, le gusta su labor como barrendera, ya que además de ser una herencia de su padre, le permite salir adelante en sus estudios.

Llevo dos años apenas, quien se dedicaba a este trabajo era mi padre, ahora me toca trabajar a mí y lo hago con mucho gusto porque me permite seguir con mis estudios para prepararme profesionalmente”.

Aunque su principal preocupación es la inseguridad que se vive en la entidad, destacó que en el primer cuadro de la ciudad se siente más segura por la presencia de los elementos de seguridad pública. “Estamos aquí desde las cinco de la mañana, hasta las nueve o 10 que estamos terminando”.

Irma es Psicóloga Especializada en Atención a Niños en Materia Educativa, por lo que esta noble labor que realiza con el barrido de los jardines, le permite seguir preparándose para cursar una maestría. “Cuando termine la maestría no voy a dejar este trabajo, por la tarde me da tiempo de hacer otras cosas y podría ejercer mi profesión”.

 

Izquierda: “Encontramos de todo y revuelto, en esta zona que me toca me encuentro jeringas, pañales, vasos, bolsas, de todo un poco”, Don Justino
Derecha: “Antes no se generaba tanta basura porque los envases de refrescos eran de vidrio y retornables; ahora ya todo es bolsa y envases de plástico”: Rosa Ramírez Flores

 

Piden a la ciudadanía separar la basura

Su compañera Rosa Ramírez Flores, también le corresponde barrer y limpiar las jardineras de la Alameda de León, quien coincide que una de las problemáticas de la crisis de la basura que enfrenta la ciudad es la falta de una educación ambiental para la separación de los residuos.

La misma mercadotecnia nos ha cambiado nuestra forma de cuidar el medio ambiente, antes no se generaba tanta basura porque los envases de refrescos eran de vidrio y retornables, cuando nuestras madres iban al mandado se llevaban su canasto y ahora ya todo es bolsa y envases de plástico, y aparte no tenemos esa educación de separar la basura, nos ha tocado recoger bolsas con gusanos”.

Por ello, recomendó a la ciudadanía tratar de cuidar el medio ambiente haciendo uso de utensilios reutilizables. “Que cuando salgan traten de llevarse un vasito para tomar agua o su platito para evitar el plástico o las bolsas, si nos proponemos sí se puede porque ahora el municipio ya está colocando dos cestos de basura, así como los camiones, ya se puede tirar un día la basura orgánica y el otro día la inorgánica, si son medicamentos, también separarlos para que no nos expongan”.

 

“Gracias a Dios tenemos un bonito trabajo”

Entre el ejército de los barrenderos que recorren de madrugada la ciudad capital, se encuentra Juan Antonio Jiménez Cruz, con 10 años de antigüedad, tiempo que le ha servido para enamorarse de esta labor que realiza diariamente en las calles del Centro Histórico considerado como Patrimonio Cultural de la Humanidad.

El trabajo me ha dejado muchas satisfacciones, es el sustento de mi familia, tenemos que cuidarlo y hacerlo con mucho cariño porque en estos tiempos y situaciones que vivimos, ya no hay mucho trabajo. Gracias a Dios tenemos un bonito trabajo”.

Las y los trabajadores de barrido y jardines del municipio de Oaxaca de Juárez, coinciden que a pesar de los riesgos que se enfrentan durante sus labores diarias recorriendo y limpiando las calles y jardines de noche, su mayor satisfacción es ver una ciudad limpia y por ello exhortan a la ciudadanía a conservarla y cuidarla para ofrecer un mejor rostro a nivel nacional e internacional.


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