La espera terminó y de los verdes campos comenzaron a brotar los tubérculos. Con diversas formas y tamaños, sembrados desde mediados de septiembre y hasta hace un mes, los rábanos fueron cosechados este martes en los terrenos del Bosque El Tequio. Y con ello inició el trabajo de decenas de artesanos y sus familias para la edición 125 de la tradicional Noche de Rábanos.
Desde el amanecer, autoridades organizadoras del certamen y familias oaxaqueñas se congregaron en el bosque. Algunos con más experiencia que otros, los participantes obtuvieron la cosecha con que este viernes darán vida a las escenas o figuras que se mostrarán en el Zócalo de la ciudad de Oaxaca.
A diferencia de 2021, la cosecha fue para la mayoría de los participantes una muy buena, debido a que los rábanos obtenidos eran muy grandes. En pocos casos, los surcos asignados tuvieron poca cosecha o tubérculos más pequeños que lo esperado.
Tras dos años en que la pandemia de Covid-19 interrumpió la tradición, este 23 de diciembre se retomará para evocar la creatividad con que los hortelanos del siglo XIX y XX atraían a la clientela en el mercado de vigilia, que se realizaba en este mismo sitio de la capital.
Ian Yael Rodríguez Hernández es uno de los jóvenes que participará en el concurso, donde como en los últimos años se han sumado artesanos con creaciones hechas a base de flor inmortal y totomoxtle. Además de infantes que incursionan en el arte de la escultura con rábanos.
Fue en el 2015 cuando el joven originario de la ciudad tuvo su primera participación apoyando a uno de sus profesores; en 2019 se inscribió como participante, aunque el certamen se canceló a última hora. En este 2022, Yael busca concretar su ilusión por ser parte de una tradición oaxaqueña y así expresar “lo que uno puede lograr con los rábanos”.
Inspirado en la Procesión del Silencio, Yael quiere retomar una expresión de la fe católica que, explica, inició en el siglo XVI con la colonización española. Pero que en la ciudad de Oaxaca se olvidó y se retomó en los años 80. “Me inspiró el rescate de una tradición”, comentó.
Por primera vez, la tradicional Noche de Rábanos llegó a una de las ediciones de los billetes de la Lotería Nacional, tras el impulso de la Secretaría de Fomento Turístico capitalino.
En el billete se muestran varias figuras realizadas con esta hortaliza, y algunas de ellas fueron las de las esculturas elaboradas por Daniel Alberto García Rojas y Boris de Jesús García Ildefonso, quienes desde 2012 y casi de manera ininterrumpida han participado.
Ser parte de un certamen tradicional es para estos artesanos “por herencia y tradición”, es una manera de plasmar en los rábanos la creatividad y habilidad que han desarrollado en el ámbito textil.
Las tradiciones oaxaqueñas, tanto las relacionadas con la religión como las ligadas a la música u otras expresiones culturales, son parte de la inspiración de estos y otros concursantes.
Artesana de Ejutla; la noche, familiar
Beatriz Sánchez, originaria de Ejutla de Crespo y radicada en la capital, ha participado en al menos ocho ocasiones. Crear las esculturas con rábanos es algo que aprendió con la familia de su esposo, pero después se animó a concursar y logró estar entre los primeros 10 lugares.
Junto a su familia completa, Carlos Manuel Gutiérrez es otro de los que ha mantenido viva la tradicional Noche de Rábanos y que ha llegado a tener un tercer lugar, un quinto, entre otros. Con este, son ya 22 los años en que ha concursado.
Creo que todas las personas, más los que somos oaxaqueños, tenemos de manera innata cierto talento”, cuenta el oaxaqueño, quien también piensa que este talento y el esfuerzo de varios que no logran obtener premios también debería de ser estimulados por su labor.
La siembra y cosecha de los rábanos, así como el certamen del viernes, son organizados por los gobiernos municipal y el estatal. Se estima que en esta edición participarán más de 100 personas, entre adultos e infantes, en las diferentes categorías: rábano tradicional, rábano libre, flor inmortal, totomoxtle y las infantiles de rábanos.
