“No voy a dejar que mi hijo muera así nada más”
El pequeño Alejandro se quedó a la espera de una cirugía en el Hospital de la Niñez; calvario para pacientes
Ángel inicia los preparativos para llevarse a casa a Alejandro, que por más de 20 días se mantuvo en espera de una cirugía en el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, ante un tumor que apareció en la vejiga.
No voy a dejar que mi hijo muera así nada más. Voy a buscar hasta debajo de las piedras si es necesario”, expresa el padre de Alejandro, a quien el personal médico le dio la opción de llevarlo a casa e iniciar con cuidados paliativos, porque mantenerlo en el hospital ya no da mayores esperanzas.
La madre y padre de Alejandro, de 11 años de edad, lo llevarán a casa junto a sus otros dos hermanos, que en las últimas semanas han quedado al cuidado de uno de sus abuelos en San Pablo Huixtepec.
En el Hospital de la Niñez Oaxaqueña, que carece de oncóloga desde hace tres meses, ya no hay esperanzas para Alejandro, porque el tumor avanzó demasiado y cualquier intervención quirúrgica no le garantizaría su mejoría.
Ángel confía en encontrar una nueva luz que le regrese la confianza en que su primogénito podrá sobrevivir. Dice que buscará otras opciones y quizá la medicina alternativa, porque no se dará por vencido.
El hombre de 36 años de edad, lamenta que en este nosocomio no se cuente con recurso humano ni insumos suficientes para ayudar a los pacientes, a pesar de que la mayoría del personal médico esté en la disposición de ayudar.
Asegura que cientos de madres y padres de familia no solo se enfrentan a los miles de pesos que deben pagar por una serie de servicios, como estudios de laboratorio, cirugías, ultrasonidos y medicamentos, sino también al estrés e incertidumbre cuando les dicen que no hay especialistas ni equipos para poder atenderlos de manera inmediata.
Incluso, dice, en la donación de sangre y plaquetas también es un calvario, no solo porque desde temprana hora hay largas filas para poder pasar, sino porque a veces no hay el material que requieren para llevar a cabo el proceso.
Hasta que Dios diga, él tiene la última palabra”, señala Ángel, luego de recordar que al igual que él, cientos de padres y madres de familia se enfrentan a esta situación todos los días, con el miedo ante la enfermedad de sus hijos y las deudas que se acumulan por el pago de servicios que deberían ser gratuitos.
